¿Te sientes ansioso?
¿Te sientes estresado? ¿Cansado de tanta intensidad?
¿Sientes que estás corriendo a todos lados? ¿Que no tienes tiempo libre? ¿Que tienes que pasar cada hora de tu vida haciendo algo productivo?
¿Sientes que tu vida está pasando a mil kilómetros por hora?
Te entiendo. Con la intensidad de la vida en la ciudad, es difícil no pasar todo el día ocupado, corriendo de un lugar a otro.
Tenemos más reuniones que las que podemos asistir, más proyectos que los que podemos completar, y una bandeja de entrada llena de emails que nos tomará una eternidad contestar.
Y ni hablar de la guerra a la que entramos cada vez que tenemos que manejar por una ciudad grande como lo es Santiago de Chile.
No solo eso: ¡También estamos corriendo fuera del trabajo! Es tanto lo ocupados que estamos, que tenemos que agendar reuniones con amigos con días de anticipación.
¿Cómo puede ser que como sociedad nos hayamos inclinado a una vida tan estresante?
Tú y yo sabemos que un estilo de vida así de estresante no puede ser bueno a largo plazo.
Si seguimos así, tendremos setenta años y estaremos gordos, con problemas en la espalda, con diabetes, y tomando pastillas para bajar la presión arterial. En cualquier momento nos dará un infarto.
Más aun, tendremos una crisis existencial. Nos estaremos preguntando qué pasó con ese viaje por China que siempre quisimos hacer y no hicimos, o ese libro que siempre quisimos escribir y no escribimos, esa maratón que quisimos correr y no corrimos.
Nos estaremos preguntando en qué momento empezamos a descuidar los pequeños detalles. Disfrutar de pasar tiempo en la naturaleza, jugar con un perro, pasar tiempo con seres queridos, meditar, reflexionar, contemplar la vida.
Quizás es momento de desacelerarnos.
Buscar una vida más calmada, con menos estrés.
Hay muchas alternativas para tener una vida con menos estrés, pero considera lo siguiente como punto de partida: sal a viajar en bicicleta.
Viajar en bicicleta es una de las mejores herramientas que tenemos para aprender a vivir sin estrés y desacelerar nuestras vidas.
No más moverse de un lugar a otro a toda velocidad. No más vida estresante.
Es hora de moverse lento, con calma. Limitados a nuestro propio esfuerzo físico.
Como dicen en la Patagonia: «El que se apura pierde su tiempo».
Cuando viajas en bicicleta estás obligado a ser paciente. No hay otra opción.
¿Quieres llegar a ese pueblo bonito que queda a ochenta kilómetros en medio de las montañas?
Prepárate, porque te tomará todo un día de moverte a paso de tortuga.
Lo quieras o no, tendrás que avanzar a un promedio de diecisiete kilómetros por hora. Ocho, si es que estás en una subida.
Al principio, tu mentalidad de ciudadano estresado se quejará con todas tus fuerzas.
«¡Esto es una pérdida de tiempo! ¡Si tomaras un bus estarías en ese pueblo en un par de horas!», intentará decirte.
Pero no te preocupes; la bicicleta se encargará de brindarle puñetazos en el estómago a esa voz ciudadana hasta asegurarse de que esté inconsciente en el piso.
Poco a poco, te darás cuenta que la vida se disfruta más cuando no necesitas ir de un lugar a otro a toda velocidad. Sin tener que estar ocupado en todo momento.
Descubrirás que hay pocos placeres tan grandes como parar a orillas del camino a comer una manzana, disfrutando de un paisaje que te gustó.
Contemplar la naturaleza.
Disfrutar del silencio.
Apreciar el vuelo de una bandada de aves.
Sentir el viento en tu cara.
Relajarte bajo la sombra de un árbol.
Descubrirás que, en realidad, no tiene sentido vivir apurados.
¿A dónde tenemos que llegar?
¿No era que tenemos una sola vida, y es nuestra misión disfrutarla?
Para cuando vuelvas a tu vida en la ciudad, querrás hacer lo que sea que esté a tu alcance con tal de cambiar esa vida estresante que llevabas antes de tu viaje en bicicleta.
Porque ahora sabes que una vida en la que te mueves con calma y paciencia es mucho mejor.
Viaja en bicicleta para aprender a ser paciente.
Viaja en bicicleta para desacelerarte y disminuir el estrés en tu vida.
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