Viaja en bicicleta para disfrutar más los pequeños detalles.

Parte importante de una vida extraordinaria es saber disfrutarla al máximo. Y saber disfrutarla se podría reducir a sentir más intensamente toda la gama de emociones. Me explico.

Tan sólo piensa en eventos de tu pasado. Aquellos que mejor recuerdas son los mismos en donde sentiste más intensamente.

Piensa en los momentos buenos.
Esa vez que solucionaste un problema que te tenía ahogado, y pudiste respirar con alivio por primera vez en días.
Esa vez que por fin pudiste comer algo después de todo un día sin comer.
Esa vez que al fin te pusiste a pololear con la mujer que te gustaba, después de meses de incertidumbre.
Esa vez que por fin pudiste sentarte a descansar, después de días de trabajo agotador.
Esa vez que lloraste de felicidad por algo que te pasó a ti o a un ser cercano.
Esa vez que entraste a la carrera que querías, o encontraste el trabajo que siempre soñaste.

Piensa en todos los otros momentos que estoy dejando de lado.
Esos donde te sentiste vivo. Esos que nunca jamás se te olvidarán.
Todos ellos tienen algunos factores en común. Factores que, si hacemos las cosas bien, podemos usarlos para disfrutar más la vida.

Factor 1: el principio de contraste.

Los mejores momentos/sensaciones vienen justo después de un mal momento/sensación.

¿Quién crees que disfruta más de una pizza recién salida del horno: una persona que lleva todo el día sentado en una mesa comiendo, o alguien que por diversas razones no ha comido nada?
Para la primera persona, esa pizza es marginal. Aporta poco o nada a qué tanto está disfrutando su día.
Para la segunda persona, esa pizza  es la mejor pizza que se comerá en su vida. Disfrutará cada mordisco, cada segundo que tiene un pedazo de peperoni con salsa de tomate en su lengua.

La segunda persona disfruta más de la pizza, porque antes de comerla pasó hambre. Pasó por un mal momento. Generó contraste entre lo malo y lo bueno. Y ahora que sabe por experiencia propia cómo es pasar hambre, tiene la capacidad de disfrutar más de lo bueno.

Armenia. Nunca había pasado tanto frío, y a la vez nunca había disfrutado tanto un chocolate caliente

Para saber disfrutar del cielo, hay que pasar por el infierno.
¿No disfrutas de dormir en tu cama? Sal a acampar por unas semanas usando sólo un aislante para protegerte del frío.
¿No disfrutas de lo que estás comiendo? Pasa algunas horas sin comer (obviamente sin llegar a un exceso dañino). Otra forma es salir a hacer mucho deporte.
¿No disfrutas de una ducha caliente? Sal a mojarte a la lluvia, o dúchate con agua fría antes de encender el agua caliente.
¿No disfrutas de estar con tu gente? Pasa algunos días solo, o lejos de ellos.

El principio de contraste es una de las principales razones por la cual hay personas que corren maratones, o van al gimnasio, o suben montañas, o hacen ayuno, o cualquier otra actividad que te ayuda a explorar tus límites. Pasar por el infierno para disfrutar del cielo.

Pero ojo, podemos usar el principio de contraste para disfrutar la vida, pero hay un límite: hacerse daño. Si por alguna u otra razón te estás haciendo daño físicamente, en ese caso estás tan sólo siendo estúpido.

Factor 2: estar en el momento presente.

Si uno no mantiene la atención en lo que está pasando alrededor, es imposible disfrutarlo.

Es como cuando te sientas a ver una película, y te pasas la primera media hora desconcentrado mirando Instagram. Nunca le diste una chance a la película.

Para disfrutar más de lo que haces, es necesario el 100% de tu atención en todo momento.
Hay una frase que me gusta mucho: «Sit, sit. Walk, walk». Se refiere a concentrarse en lo que sea que estés haciendo. Cuando estés con amigos o familia, tu atención está en ellos. Cuando estés comiendo, tu atención está en comer. Cuando estés haciendo deporte, tu atención está en el deporte. Etc.

Cuando sales de tu carpa y tienes esta vista, es difícil no estar en el momento presente

Hay muchos métodos para generar más contraste y disfrutar más del presente, a la vez sin hacer nada que sea dañino para tu cuerpo o tu mente. Acá van algunos buenos:

  • Hacer deporte: cánsate para disfrutar más de tus horas de descanso, de dormir, y de la comida.
  • Ayuno intermitente: para disfrutar más de la comida.
  • Duchas frías: para disfrutar más del agua caliente.
  • Meditación: para disfrutar más del momento presente.
  • Tiempo en solitud: para disfrutar más de estar con tu gente.

    *Ojo, que por ejemplo no estoy mencionando dejar de dormir para disfrutar más el momento en el que te tiras a la cama. Si bien efectivamente uno disfruta más de dormir cuando no ha dormido antes, deprivarte de sueño es malo para la salud.

Los cuatro puntos que mencioné son algunos de los mejores métodos que he probado para generar contraste y estar más en el presente.

Pero hay un quinto método que es el mejor que he encontrado hasta el momento. No sólo mantiene las puertas abiertas a los otros cuatro, sino que entrega mucho más beneficios.

Viajar en bicicleta. Preferiblemente solo y durmiendo en carpa.

Viajar en bicicleta es un método perfecto para generar contraste y mantenerte en el momento presente. Es un método perfecto para disfrutar de la vida.

Es tanto el esfuerzo físico que uno hace, tantas las horas de pedaleo en solitud, tanta la incomodidad por la que uno pasa, y tanta la distancia con tus seres cercanos, que cualquier mínimo detalle bueno en tu día a día se aprecia como nunca.

La comida tiene un sabor indescriptible.
Acostarte en una cama de un hostal barato se siente como dormir en la cama de un rey.
Una ducha caliente, para qué decir.
Cualquier persona que te habla se convierte en alguien interesante.
Cualquier ayuda que recibes en el camino se siente como si te hubieses encontrado con un ángel.
Poco a poco, esos pequeños detalles se van sumando hasta crear días extraordinarios, cada día que pedaleas.

Y una buena cantidad de días extraordinarios, crean una vida extraordinaria.

Viaja en bicicleta para disfrutar más los pequeños detalles.

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Juan Pablo Toro
Juan Pablo Toro

Autor Deportista Nómade

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