Crucé a Armenia en una noche oscura como boca de lobo. Acampé en el primer pedazo de tierra que encontré a las afueras del caminoArmenia está lleno de edificios abandonados hechos con este materialMonasterio en las montañas del norte de ArmeniaAfuera del monasterio, estos amables señores me invitaron un «vaso de agua» que resultó ser VodkaPara bajar de la montaña, la aplicación Komoot sugirió que me tirara por este precipicio. Decidí vivir y cambiar la rutaEl cambio de ruta me llevó al paisaje más bonito que vi en todo Armenia. Un valle paradisiacoVacas cruzando el ríoDormí en la carpa afuera de un restorán, y a las 3 de la mañana desperté porque no sentía mis pies por el fríoDespués de veinte kilómetros, y todavía sin sentir los pies, encontré una bomba de bencina donde tomé café hasta recuperar las ganas de seguirTumbas a orillas del camino, con las caras talladas de los fallecidosParé en un hostal en Vanadzor, con una especie de trauma por el frío. El dueño del hostal me trajo té y tortaEl dueño del hostal Esa gente que se le ve la bondad en la caraDefinitivamente Armenia no destaca por la belleza de sus caminosEstos pastores me invitaron a tomar café, a tomar vodka, y a tomar café con vodkaTampoco es un país que destaca por sus esculturas. O quizás tenemos gustos distintosDe vez en cuando se ve una que otra montaña digna de apreciarLlegada a la capital, Yereván, donde me junté con John y Jan, amigos de Inglaterra y República ChecaYerevánYerevánEsculturas en YerevánUna escultura de Botero en pleno centro de YerevánPaseo por el día a las afueras de YerevánSimphony of stonesTratando de secar la ropa en el hostal junto a Michael Alezandrovich Chestakov, de SiberiaLas noches consistían en Ajedrez con estos geniosNunca les ganéY bueno, me dio apendicitis. Dos días en el hospital, y tres semanas de recuperaciónEstaba solo y extrañando a mi familia, cuando Mischa me vino a ver y me regaló un libro. Esos gestos que nunca se olvidanAl no poder hacer deporte tuve que acudir a otros entretenimientos, tales como ir a ver balletMi paso por Armenia terminó estrepitosamente porque tuve que salir a toda velocidad antes de que se me acabara la visa.