Acá va uno de los mayores errores que veo en la gente que está viajando por primera vez: tratar de hacer demasiado.
Es más o menos así: acabas de renunciar a tu trabajo. Por primera vez tienes los ahorros y eres libre para viajar por el mundo entero. No eres capaz de controlar la excitación. ¡Tienes que hacerlo todo!
Tienes que ir a cada tour pagado, a cada museo, a cada lugar turístico, sin importar cuán aburrido te parezca.
Tienes que probarlo todo, sin importar qué tanta azúcar tiene esa baklava, o qué tan mal se veía el aceite con el que cocinaban en la calle.
Tienes que salir a un bar o una discotheque cada noche, a pesar de que te vez al espejo al día siguiente y pareces un zombie suplicando un poco de sueño.
Ya habrá tiempo de descanso cuando estés en un ataúd.
¿El resultado de este estilo de vida? Implosión. «Fundimiento hostálico».
Te sorprenderías la cantidad de gente fundida que he visto en hostales a lo largo de este viaje. Muchas veces están enfermos hace ya harto tiempo, pero otras veces están absolutamente fundidos. No hay nada que los traerá de vuelta. Ni siquiera un poco de descanso.
Parecen unas larvas, más que seres humanos. Cada vez que entras a la pieza del hostal, estas larvas están en su cama durmiendo o conectadas en el celular. En el mejor de los casos, están viendo una serie en Netflix. Es como si les hubieran quitado la energía vital.
Que no te pase que tu estadía en París consista en ver temporada tras otra de Friends en tu hostal.
Preocúpate de mantener hábitos saludables y un ritmo de vida que te permita estar de buen humor y con energía todos los días para viajar por mucho tiempo.
Come sano. No es necesario probar cada una de las comidas de un país, si eso significa que caerás enfermo/a.
Toma harta agua.
Duerme ocho horas cada día.
Aprovecha tu nueva libertad para hacer una hora de ejercicio todos los días.
Y si no quieres ir a ese museo o ese paseo turístico, nadie te va a decir nada. Al final del día, es tu viaje.
Evita el fundimiento hostálico.
¿Te gustaría apoyarme en mi viaje por el mundo? ¡Regálame un café!