El mejor consejo que me han dado en mucho tiempo

Meses atrás estuve conversando con Nicolás Marino, un amigo de Argentina que ha viajado por todo el mundo en bicicleta.

Como él tiene 43 y yo 26, aproveché de hacerle muchas preguntas sobre cómo lidiaba él con las preocupaciones que tengo actualmente sobre mi futuro.

Una de esas preguntas fue la siguiente:

¿Fue difícil para ti volver a la vida cotidiana después de tantos años de viaje?

Con esta pregunta, yo me esperaba que Nico me diría que sí, que después de años de libertad máxima y aventuras increíbles, al volver a la vida cotidiana se sintió como un hámster atrapado entre un departamento enano y una oficina, solo que en lugar de agitar el corazón corriendo en una rueda, subiéndose a una bicicleta de spinning.

Sin embargo, Nico me respondió lo siguiente:

«No, porque trato de que las circunstancias externas no determinen mi bienestar.
Si solo puedo sentirme realmente feliz cuando los tiempos son buenos, cuando puedo hacer lo que realmente amo, que en mi caso es viajar, entonces estoy condenado. La vida simplemente no funciona así.
Mi felicidad no puede depender de que las cosas salgan como yo quiero, porque en algún momento saldrán mal. Es inevitable. La certeza es una ilusión, todo es transitorio.
Entonces, creo que es muy importante para mí valorar las cosas buenas de la vida, lograr una sensación de bienestar en cualquier lugar y en cualquier momento.
No siempre es fácil. Es un ejercicio diario y un trabajo duro. Se necesita enfoque, dedicación y determinación, pero creo que vale la pena. Creo que es mejor que vivir en ciclos extremos de felicidad o miseria, estar contento o profundamente insatisfecho, y ser arrastrado arriba y abajo brutalmente como una muñeca de trapo por los cambios aleatorios que la vida nos presenta.»

Nicolás Marino recorriendo el Congo


La respuesta de Nico me llamó la atención.
Como típico mal oyente que no es capaz de retener toda la información que le dicen, tuve que simplificar su mensaje para que se me quede grabado:

Aprender a estar bien sin importar dónde esté, o con quién esté, o qué es lo que esté haciendo.

Tiene sentido.

Acudir a nuestra propia mente para mantener la calma y alegría, sin importar lo que esté pasando en el exterior.

Sin importar si tenemos una mansión o si llevamos meses viviendo en una carpa, estar bien.

Sin importar si tenemos pareja o estamos solteros, estar bien.

Sin importar si hay sol o si nos está mojando la lluvia, estar bien.

Sin importar si estamos viajando por Nepal o si estamos encerrados en la cuarentena por el Covid-19, estar bien.

No buscar que salga todo perfecto. Eso provoca falsas expectativas y decepción.

Aceptar la situación en la que estamos, sea buena o mala.

Evaluar qué está en nuestro control, y qué no.

Aprovechar al máximo nuestras vidas, dada la situación y las limitaciones de cada momento.

Entrenar la mente para saber estar bien, sin importar dónde, con quién, y qué es lo que estemos haciendo.

Juan Pablo Toro
Juan Pablo Toro

Autor Deportista Nómade

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2 comentarios

  1. Si, lo increíble es que después de recorrer un gran tramo de nuestra vida, se llega a la misma conclusión; finalmente el esta bien, parte por tomar la decisión de querer estarlo, es el primer peldaño que nos permite llegar a ese estado.

    Un abrazo

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