Después de menos de una semana en Emiratos Árabes, cruzo la frontera para entrar a Omán. Empiezo a pedalear por esta calle, que me hace pensar en dónde carajo me metíLa primera noche acampé afuera de esta mezquita. Lo bueno de hacer esto es que tienes agua y baño. Lo malo son los cantos a las 5 amUn calor brutal, ese que te mareami respuesta al calor. Creo que nunca podré modelar en un desfileMe reencontré con Charlotte y Jordi, franceses que conocí en Irán y que vienen pedaleando desde París (si ves un mapa verás que es un laaaargo camino)Ese mismo día nos reencontramos con la cyclofamily: papá, mamá y tres niños menores de diez años recorriendo el mundo en bicicleta. Acampamos juntos 7 franceses y un chileno pedaleando por OmánMezquitas lindísimas que se ven en todos ladosTípico pueblo omaníDifícil descansar con estos cabros!Nos entrevistaron a orillas del camino para un canal omaníEn esta mezquita me separé de los franceses para ir a visitar a Saeed, un amigo de Omán que conocí en TurquíaLa cultura omaní da vuelta alrededor de las palmeras. Están a lo largo de todo el paísatardeceres que no se olvidan. Calma. SilencioSé que no se ve bonito, pero es el lugar perfecto para acampar. Noche estrellada, silencio, solitud, buena temperaturalentejas con verduras y salsa de tomate. El plato que más cocino cuando acampoEstas son las casas típicas de Omán. Están en todos lados. Una obra de arte!derrotado por el calor. Y eso que estoy en inviernofinalmente me encontré con Saaed (a la izquierda), y pasé cuatro noches con él, sus amigos, y su familiaMe llevó a conocer una casa tradicional omaní en Al Awabi, usada por cientos de añospeces que te comen lo malo de los piesCon Saeed y su hermano Muhannad. Es difícil conocer gente más buenafuerte en Al AwabiTípico paisaje Omaní. Desierto y palmerasEn Omán se come en el suelo, con la mano, y compartiendo todos juntos una misma bandeja. Se convirtió en mi forma favorita de comerCon la familia y los amigos de SaeedDespués de despedirme de Saeed y su gente, pasé unos días subiendo montañas con un bajón anímico tremendo. Es difícil despedirse de gente tan buenaPasé por unos pueblos cubiertos por polvoTenía estos atardeceres todos los díasOmán es el país perfecto para acampar. En tres semanas no pagué alojamientoAlemán que viaja con bicicleta plegable. Cuando se aburre, hace dedo y se sube a un auto¿La mejor acampada en Omán?Conocí a otra pareja de franceses que viaja en TándemEstas cafeterías están en todos lados. En ellas trabajan pakistaníes y bangladeshes (o como sea que se diga), y venden todo menos caféLlegué a Sur, una ciudad que está en la costa. Este amable señor me dejó acampar en su restoránreencuentro con la cyclofamilyAcampamos a orillas del mar, y decidimos relajarnos y no hacer nada por dos nochesCuando me hacen imaginar un momento feliz, voy directamente a estos días a orillas del marMe volví a separar de la cyclofamily para llegar más rápido a Muscat (la capital). Tengo un vuelo que tomarCamino a MuscatMezquita en MuscatPasé tres noches con amigos de Saeed en Muscat. El último día fui con uno de los amigos de Saeed, Sami, a andar en kayak. Al día siguiente tomé el avión a Kenya