¿Cómo nos comemos un elefante completo?
Un bocado a la vez.
Completar una maratón puede sonar como una meta demasiado grande. Tan grande, que sólo pensar en esos 42 kilómetros puede provocarnos ansiedad y que nos retiremos sin ni siquiera haber empezado.
Si en lugar de enfocarnos en la distancia completa nos concentramos en hacer bien el próximo kilómetro, la tarea se ve más simple y alcanzable.
Poco a poco los kilómetros se van acumulando, y estás en el kilómetro 41, y tan sólo te falta un bocado más.
Si quieres que la meta sea más chica aún, enfócate sólo en el siguiente paso, así como lo hace Dean Karnazes.
Escribir un libro de cientos de páginas también suena como una meta demasiado grande como para lograr completarla.
Pero si decides, en lugar, escribir 500 palabras al día (un par de párrafos), con el paso de los meses estás a sólo 500 palabras de terminar tu primer borrador. Sólo te falta un bocado más.
En vez de enfocarse en perder treinta kilos de peso, que la mente esté en la próxima comida y el próximo entrenamiento.
En vez de enfocarse en leer cincuenta libros al año, que la mente esté en las próximas diez páginas.
Para los que viajan en bicicleta: en vez de enfocarse en pedalear miles de kilómetros por quién sabe cuántos países, elegir concentrarse en llegar al siguiente pueblo , a diez kilómetros de donde uno está. Acumular unos cuantos pueblos hacen 80 kilómetros al día, y varios días de 80 acumulan miles de kilómetros.
Dividir una meta grande en tareas fáciles de completar, de manera tal que no nos angustiemos pensando en el final y podamos ser consistentes con nuestro trabajo.
Dejar que el tiempo haga lo suyo.
Sin darnos cuenta, nos habremos comido el elefante completo.