Lo esencial es VISIBLE a los ojos

Mantengamos las cosas simples. No es necesario seguir destinando tiempo a preguntarse qué es necesario para tener una buena vida. Está clarísimo. Tú y yo lo sabemos casi que por intuición.
No es necesario leernos decenas de libros que nos sigan explicando lo mismo una y otra vez, o escuchar a un gurú.

Hay algunas actividades y hábitos que son esenciales para tener una buena vida. Cada una de ellas nos hacen sentir vivos, que estamos aprovechando nuestro tiempo en este mundo.
Son tan buenas, que mencionarlas en un listado parece como algo innecesario, porque son obvias:

  • Pasar tiempo con gente que queremos: familia, amigos, pareja.
  • Leer.
  • Hacer deporte y elongar.
  • Meditar.
  • Contemplar la naturaleza.
  • Jugar con niños, una mascota o amigos.
  • Pasar tiempo solos para reflexionar.
  • Dormir.
  • Comer sano.
  • Viajar y tener aventuras.

Estas actividades y hábitos son tan positivos, que nunca vamos a escuchar a alguien diciéndonos que no comamos sano, o que no pasemos tiempo con gente que queremos, o que no hagamos deporte.

Son actividades esenciales.

Si estamos haciendo cualquiera de las actividades y hábitos esenciales anteriormente listados, estamos bien.

Hay algunas actividades y hábitos que son nocivos para nuestras vidas. Cada una de ellas nos perjudican ó inmediatamente, ó a largo plazo. Lo peor, es que no somos capaces de darnos cuenta del daño que nos hacen hasta que ya es muy tarde.

  • Rodearnos de gente tóxica que nos tira para abajo.
  • Pasar tiempo excesivo en redes sociales.
  • No moverse.
  • Drogarse y tomar alcohol.
  • Comer comida chatarra.
  • No dormir.

Estas actividades y hábitos son tan malos, que no se pueden defender. Nunca vamos a escuchar a alguien diciendo que lo mejor que podemos hacer es empezar a comer más chatarra.

Si estamos haciendo cualquiera de las actividades y hábitos nocivos anteriormente listados, estamos mal.

Por último, hay algunas actividades y hábitos que están entre lo bueno y lo malo. Dependiendo de las circunstancias y de cuánto tiempo invertimos en ellos se convierten en algo positivo o negativo para nuestras vidas.

Esta vendría siendo la zona gris, porque está entre lo bueno y lo malo.

Por ejemplo, el trabajo: dependiendo de qué trabajo es y cuánto tiempo tenemos que destinarle, esto puede ser la mayor motivación de nuestras vidas, o nuestra mayor fuente de estrés.

Otro ejemplo: ver series, películas, y documentales. Dependiendo del contenido y de la cantidad de horas que le dedicamos, esta puede ser una fuente de aprendizaje y motivación, o una pérdida de tiempo.

En vez de seguir preguntándonos qué se necesita para vivir bien, toda nuestra atención y energía debería estar en maximizar el tiempo destinado a las actividades esenciales, y minimizar el tiempo que perdemos en actividades nocivas.

Uno debería ser capaz de, al final del día, mirar atrás y decir:

«Pasé la gran mayoría de mi día haciendo lo esencial», o «Pasé la gran mayoría de mi día en actividades nocivas. Necesito mejorar mi situación».

Y en cuanto a la zona gris, hay que tener especial cuidado. Monitorearla en todo momento.
Revisar constantemente si realmente nos motiva nuestro trabajo, o si estamos intentando convencernos a nosotros mismos de que nos gusta.
Revisar constantemente si el contenido que consumimos nos ayuda a aprender y a motivarnos, o si estamos perdiendo el tiempo. ¿Vale la pena entretenerse con una serie sabiendo que el costo es que terminaremos idiotizados?

Un día extraordinario tiene mucho de lo esencial y poco de lo nocivo.
Y muchos días extraordinarios son una vida extraordinaria.

Juan Pablo Toro

Autor Deportista Nómade

¿Te gusta lo que lees? ¡Ayúdame compartiendo este blog a algún cercano/a!