Seguro has escuchado de Roger Federer.
Uno de los mejores tenistas de la historia. Posiblemente el mejor.
20 Grand Slams.
«El reloj suizo». Algunos dicen que ni transpira cuando juega.
Para muchos, yo incluído, perfección en tenis y en vida. Verlo jugar es un regalo.
No conozco a Roger Federer en persona, pero con verle la cara, se nota que es un tipo feliz.
Me atrevería a afirmar que Roger es una de esas personas que, sin importar lo que haga en su vida, es y será feliz.
Sin importar si tiene 20 grandslams, o cero, o si nisiquera intentó ser profesional.
Estoy seguro de que alguien inteligente como él, si no hubiese sido tenista, habría encontrado otro camino para estar contento con su vida.
Ser feliz sin importar lo que uno haga suena como algo bueno. ¿Pero lo es?
Permíteme proponerte el ejemplo de Roger Federer consultor.
ROGER FEDERER CONSULTOR
Imagina a Roger cuando tenía 15 años. Sabe que juega bien tenis, pero no sabe qué tan exitoso podría llegar a ser si es que probase ser un jugador profesional. Viviendo en un país lleno de oportunidades como Suiza, y teniendo tantas opciones, no sabe qué hacer.
Ser tenista profesional es una apuesta arriesgada. El tenis es uno de los deportes más desiguales del mundo en cuanto a reparto de premios. Son miles los que intentan alcanzar el éxito, y tienes que estar entre los cien mejores de esos miles para empezar a ganarte la vida.
Y todos entrenan todos los días. Y todos tienen el mismo sueño.
La competencia es sangrienta.
Supongamos que alguien le explica al joven Roger lo arriesgado que es ser tenista. El miedo y la preocupación por el futuro invade al suizo.
Ser el mejor tenista de la historia es su sueño, pero al mismo tiempo sabe la importancia de ser racional. Sabe que hay otras alternativas que también son buenas.
Roger termina decidiendo estudiar administración de negocios en la mejor universidad de Suiza.
Roger es inteligente, así que le va bien durante toda su carrera. Y no solo eso, ¡le gusta estudiar! Le gusta aprender de microeconomía y esas cosas. Además, juega tenis en su tiempo libre. No se podría pedir una mejor vida universitaria.
Roger se gradúa, y encuentra trabajo en una de las mejores consultoras del país. Pasa el resto de su vida desarrollando una carrera profesional como consultor. Llega a ser el gerente general.
Le gusta su trabajo en la oficina, gana un sueldo excelente, tiene una casa en los alpes suizos con todo lo que siempre quiso, se casa con una mujer que ama, y tiene cuatro hijos: dos gemelos y dos gemelas. Reloj suizo.
Roger Federer consultor es un hombre feliz, no solo porque tiene todo en la vida, sino porque personas como Roger seguirán siendo felices sin importar lo que hagan.
Por favor, no creas que pretendo criticar la vida de un consultor. El ejemplo que te acabo de dar de Roger corporativo es increíble. Este hombre tiene todo lo que alguien podría llegar a pedir. Una linda familia, necesidades básicas cubiertas, y un trabajo que le gusta. ¡Roger es feliz!
Entonces, ¿A qué voy con todo esto?
En ambas vidas, tanto Roger tenista profesional como Roger consultor, el suizo es igual de feliz.
La única diferencia, es que en una de las vidas Roger decidió correr el riesgo de seguir su sueño, y en la otra no.
¡Lo que se habría perdido el mundo si Roger no hubiese seguido su sueño de ser tenista!
En cuánto a él, no hay problema. Porque como consultor es feliz.
Pero para todos los amantes del tenis, habría sido una tragedia.
Todos esos partidos que nos hicieron gritar y emocionarnos, que no habrían pasado.
Todas esas personas que inspiró alrededor del mundo a través de su ejemplo impecable dentro y fuera de la cancha.
Toda esa gente que ha ayudado a través de su fundación, la cual financia con lo que ha ganado en su carrera.
Toda esa gente a la cual Roger les da sentido en sus vidas. Aquellos que lo siguen casi como si el suizo fuera un mesías.
No se puede medir todo el bien que Roger Federer le ha hecho a este mundo como tenista. Sólo cabe agradecerle el hecho de que corrió el riesgo de seguir su sueño.
Escribí este artículo porque no tengo una opinión clara respecto al ejemplo que acabo de dar.
¿Importa seguir tu sueño, si sabes que hay otros caminos mas seguros que también te pueden hacer feliz?
¿O conviene elegir un camino más prudente?
¿Acaso es tu deber hacia los demás seguir tu sueño si es que crees que hay una chance de que el mundo estará mejor gracias a que corriste el riesgo?
¿O no te debería importar en tu decisión el posible impacto que puedas llegar a dar?
En otras palabras, antes de que Roger Federer hubiese decidido qué hacer con su vida, ¿debería haber tomado en cuenta que había una chance de que alegraría la vida de tanta gente con su tenis? ¿O se debería haber preocupado sólo por alcanzar una buena vida sin tomar en cuenta el impacto en el mundo?
Claramente no tenía cómo saber que llegaría a ganar 20 Grand Slams. Pero seguramente sabía que había potencial dentro de él.
No sé si deberíamos tomar en cuenta el impacto en el mundo que podríamos llegar a dar cuando tomamos decisiones, o si deberíamos preocuparnos por nosotros mismos.
Pero algo que sí creo, es lo siguiente: el mundo es mucho mejor gracias a todos esos deportistas que se atrevieron a seguir su sueño.
Y lo mismo digo de escritores,
artistas,
músicos,
emprendedores,
bailarines,
fotógrafos
aventureros,
y todas esas otras personas que tenían una idea que querían llevar a cabo, que sabían que era arriesgada y que había una chance enorme de fracasar, pero aun así eligieron intentarlo.
Porque sabían que, si no lo intentaban, se arrepentirían al final de sus vidas.
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