Cuando se trata de desarrollar un hábito de hacer deporte todos los días, un error muy común es poner todas las fichas en la fuerza de voluntad y la autodisciplina.
Decimos: “Voy a empezar a hacer deporte todos los días. Cada mañana saldré a trotar y después haré una rutina de flexiones y abdominales”.
Logramos completar el primer día. Estamos molido, porque nuestros cuerpos no está acostumbrados.
A pesar del cansancio, logramos completar el segundo día, porque no queríamos ser la persona que se rinde tan rápido.
Ahora si que estamos cansados.
Al tercer día ni pensamos en ir a entrenar.
Repetimos este mismo proceso, pero en tres meses.
El error es que estábamos confiando en que tendríamos desarrollados una autodisciplina que nunca antes habíamos necesitado usar, la cual se disipó apenas llegó el cansancio y la situación se puso difícil.
La autodisciplina es una habilidad que se desarrolla con el paso de los años. No llega de un día para otro. No conviene confiar en ella cuando uno está empezando a hacer deporte.
Permíteme proponerte una alternativa a la autodisciplina para ayudar a que hacer deporte sea más fácil:
Ser parte de un grupo de entrenamiento.
Sin que te dés cuenta, te sentirás motivado y serás consistente, porque no querrás ser el que le falla al grupo. Ahora eres parte de una comunidad, y uno no puede llegar y fallar a la comunidad sólo porque está cansado.
Eso sí, hay que tener en cuenta algunas cosas:
Lo primero, es que es crucial considerar qué tan entretenida es la actividad que elegiste, y qué tan simpática es la gente del grupo.
Hay decenas de opciones a elegir para alcanzar un buen estado físico. Gimnasio, tenis, padel, trote, fútbol, bicicleta, yoga, montañismo…
¿Para qué elegirías ir a clases de spinning si no te gusta pasar una hora jadeando o que una profesora te grite?
¿Para qué elegirías ir a pilates si odias sentir que tu guata se quema por una hora?
Y si te gusta el deporte que elegiste, pero no te cae bien la gente del grupo, conviene cambiarse de inmediato a otro recinto, y seguir cambiándose hasta que encuentres a tu comunidad. Esto hace que hacer deporte sea una actividad entretenida con amigos.
Lo segundo, es que hay que tomar en cuenta que cuando uno empieza a hacer un deporte o entrenamiento nuevo, lo normal es ser el más débil del grupo.
No es fácil ser el eslabón débil de un grupo. Requiere aceptar que uno va a pasar vergüenza de vez en cuando. Pero ayuda a pasar vergüenza saber que pasarás vergüenza, ¿no?
Por último, tener en cuenta la importancia de partir suave con un deporte nuevo. Si no, te puedes lesionar por meses y vuelves al punto de partida. Un buen estado físico se desarrolla después de años de actividad física moderada, parando a descansar cuando tenemos algún dolor.
La mejor parte de sumarte a un grupo para hacer deporte es que, sin que te dés cuenta, después de unos años habrás desarrollado la autodisciplina necesaria para entrenar todos los días.
Con el paso del tiempo, sin importar si eres parte o no de un grupo positivo, de todos modos vas a querer moverte un poco todos los días. Porque ahora sabes, por experiencia propia, que cuando haces deporte a diario tu cuerpo se siente mucho mejor, y estás mejor de ánimo.