Distintas formas de medir el éxito

Una forma típica de medir el éxito es cuánta plata tienes.

Hace rato que esta medición se está quedando obsoleta. Se han hecho estudios psicológicos que explican que, una vez que tienes un nivel socioeconómico suficientemente alto como para cubrir las necesidades básicas, tener más plata no te hará más feliz.

En otras palabras, uno siente un alivio tremendo cuando no tiene deudas, y tiene seguros de todo tipo, un hogar, comida para toda la familia, y educación para los hijos. Más allá de eso, tener más plata no aumentará drásticamente tu felicidad.

Aparte de eso, hay varios otros puntos a considerar:

  • Tener más plata no significa que eres mejor persona. Pienso de inmediato en el típico caso del sujeto que se volvió millonario por estafar a miles de personas.
  • Muchas de las cosas más importantes de la vida no se pueden comprar: por ejemplo, no se puede comprar amigos y gente cercana que te quiere.
  • Muchas de las personas más ricas del planeta simplemente heredaron su patrimonio. No hicieron nada para ganarlo.
  • Siempre es importante considerar que existen problemas asociados a tener más plata: burocracia, problemas familiares por una herencia, acostumbrarse a un estándar altísimo de lujos que te hace sentir incómodo cada vez que no puedes cumplir con él, etc. Problemas que emperoran la vida, más que mejorarla.

Una segunda forma típica de medir el éxito es qué tan bien te va en el trabajo.

Hay dos problemas en esta medición:

  • Un problema es que si te enfocas sólo en el trabajo tiendes a descuidar otros aspectos importantes de la vida: salud, familia, amigos, hobbies, etc. Por ejemplo: pasar todo el día trabajando buscando que te asciendan a un puesto alto de la empresa, y en el camino dejar de hacer deporte.
  • No está claro qué significa que te vaya bien en el trabajo. ¿Significa que llegaste al puesto más alto de la empresa? ¿Significa que llegaste al pick de productividad? ¿Significa que el producto/servicio final de tu organización ayuda al mundo? Al no estar claro, es difícil tomar buenas decisiones.

Una tercera forma de medir el éxito es qué tan buena persona eres.

Esta medición está de moda. Una vez escuché una entrevista a Warren Buffett donde le preguntaban cómo medía su propio éxito. Su respuesta fue que se imaginaba en su propio funeral rodeado por gente cercana que lo quería mucho porque era excelente persona.

Es muy válida esta forma de medir el éxito. Sin embargo, también le encuentro el siguiente problema: ¿Cómo se mide qué tan buena persona eres? ¿Quién determina eso?

A diferencia de qué tanta plata uno tiene, esta medición es subjetiva.

¿Una persona es buena si es que está constantemente haciendo favores a los demás? ¿O mejor dicho está siendo complaciente?

¿Para ser buena persona hay que siempre decir cosas positivas que alegren a los demás? ¿O nos debemos permitir aceptar nuestro lado negativo y mostrar también esa parte de nosotros?

¿Una persona que hace buenas acciones por porque busca cumplir con lo que exige su religión es buena? ¿O simplemente se está intentando ganar el cielo?

Una cuarta forma de medir el éxito es qué tan balanceada es tu vida.

En otras palabras, qué tan bien estás en tus finanzas, tus relaciones personales, tu trabajo, tu salud, tus proyectos y tu crecimiento personal.

Muy válida esta opción, pero también le encuentro algunos problemas:

  • Puede pasar que la vida se empiece a convertir en un constante juego de malabares, donde te preocupas constantemente que no se te caiga la pelota. En vez de andar tranquilo por la vida aceptando la situación actual, estás todo el rato preocupándote por la cosa que no está bien. Algunas veces es que te duele algo, otras veces es que andas mal en el trabajo, otras veces es que te peleaste con alguien, etc.
  • Puede pasar que tu día se convierta en un checklist interminable. Para estar bien, cada día tienes que checkear meditar, hacer deporte, comer sano, trabajar duro, pasar tiempo con tu gente cercana, dormir ocho horas, etc. Y empiezas a sentirte mal cada vez que te echas al sillón a no hacer nada.
  • Puede pasar que te conviertas en un perfeccionista, que nunca está contento con lo que ya ha logrado. Que siempre quiere más y más. Que siempre se compara con otros para evaluar qué tan bien está en los distintos ámbitos de su vida. Terminas sufriendo, más que disfrutando el presente.

Una cuarta forma de medir el éxito es qué tanto estás aprovechando tu vida.

O si lo vemos en un período de tiempo más observable, qué tanto estás aprovechando cada día.

Me gusta esta opción, pero también le veo problemas:

  • Te sientes mal cada vez que estás perdiendo el tiempo. Te sientes mal porque tienes veintiocho años y estás pasando cuarenta minutos en la cama antes de levantarte, sabiendo que podrías estar haciendo deporte o viviendo algún tipo de aventura.
  • Te sientes mal cada vez que estás realizando trámites aburridos, que lamentablemente todos tenemos que hacer.
  • Te sientes mal cuando estás trabajando. Piensas que deberías estar aprovechando el día moviéndote o haciendo algo entretenido. Se te olvida que de algo hay que vivir.

Una quinta forma de ver el éxito se compone de dos partes:

I)Qué tan poco sufres los malos momentos.

II)Qué tanto disfrutas los buenos momentos.

Una persona puede estar en un muy mal momento de su vida, y al mismo tiempo está bien porque tiene la fuerza mental para aceptar la situación y seguir viviendo. Por otro lado, una persona puede estar pasando por un muy buen momento, tenerlo todo, y aun así ser miserable.

Usando este tipo de medición, una persona exitosa es aquella que sabe apreciar y disfrutar los buenos momentos, y al mismo tiempo sabe aceptar la situación cuando las cosas no andan tan bien.

El único problema de esta medición, es que está totalmente enfocada en uno mismo. No considera qué tanto ayudas a la sociedad en el día a día.

¿Cuál es mi forma de ver el éxito?

No lo tengo claro. Va cambiando constantemente. He probado cada una de las mediciones listadas anteriormente, y me he encontrado con varios de los problemas que menciono.

Lo que puedo hacer, es listar características que en mi opinión una persona exitosa debe cumplir. Un hombre exitoso:

  • Es sabio: sabe mucho de distintas materias. Sabe mucho de salud, de plantas y animales, de astronomía, de finanzas personales, de geopolítica, de psicología, y muchas otras cosas. Incluyo esto, porque creo que la vida se aprecia mucho más cuando uno tiene una mente nutrida, que te ayuda a ver cada escenario con distintos lentes.
  • Es habilidoso: es capaz de hacer bien varios deportes y varios trabajos, es capaz de arreglar y construir cosas, tiene varios hobbies, y es capaz de emprender nuevos proyectos. Incluyo esto, porque pienso que  la vida se disfruta mucho más cuando tienes varias habilidades. Dependes menos de otros,  tienes más opciones de cosas que puedes hacer, y conoces más gente.
  • Sabe apreciar los buenos momentos, y sabe también aceptar cuando las cosas no están saliendo bien.
  • Siente calma en su día a día. No anda moviéndose para todos lados invadido por el estrés.
  • Está contento con lo que ya tiene, pero al mismo tiempo encuentra la motivación para emprender nuevos proyectos porque le interesa seguir progresando.
  • Se conoce a sí mismo. Conoce sus fortalezas y debilidades. Reconoce que tiene una parte positiva, y al mismo tiempo una parte negativa. En lugar de negar que tiene una parte negativa, busca aceptarla y entenderla, y desarrolla herramientas para tenerla bajo control. Por ejemplo, reconoce que tiene un ego que muchas veces toma control de la toma de decisiones,  y en vez de negarlo busca aceptarlo y tenerlo bajo control.
  • Tiene suficiente control de sí mismo como para evitar autosabotearse con malos hábitos o acciones.
  • Tiene una vida balanceada, pero al mismo tiempo logra no caer en intentar ser perfecto, o en la checklist interminable, o sentir que la vida es un constante juego de malabares.
  • Desperdicia poco su tiempo, pero también logra no sentirse mal cuando se echa en el sillón a descansar.
  • Es libre de, y libre para.
  • Es bueno con la gente a su alrededor. Ayuda a otros, les alegra el día.  No porque quiere complacer a los demás o porque se quiere ganar el cielo,  sino porque realmente le nace tratar bien a los demás.

En ese listado, no considero qué tanta plata tiene la persona, o qué tan bien le va en el trabajo, o qué tan grande es su casa. Es una definición de éxito enfocada en la mente, los hábitos y los comportamientos, más que lo que uno ha logrado. Creo que se puede cumplir con todo lo mencionado, y al mismo tiempo estar viviendo en una cabaña pequeña con lo mínimo para satisfacer las necesidades básicas. Además, dependen de uno mismo.

Para terminar: me pregunto si de partida está bien pensar en qué es el éxito.

¿Es necesario tener que apuntar a lo que uno define como éxito? ¿Habrán personas plenas y felices en este mundo que ni se preguntan qué es el éxito?

Quizás hay gente que en vez de preguntarse qué necesita lograr para vivir bien, simplemente viven. Están en el momento presente. Cumplen con todas las características de una persona “exitosa” sin haber pensado en esas características. Me gustaría conocer a alguien así.

Juan Pablo Toro

Autor Deportista Nómade

Lo importante se debe aprender todos los días

Hoy día fue no de esos días en que no me soportaba a mí mismo. Me costaba trabajar, me costaba moverme por la flojera, ¡me costaba pensar! Me daba vueltas y vueltas por el departamento sin hacer nada.

Primero perdí el tiempo acostado en la cama.

Luego perdí el tiempo sentado en una silla frente al computador, intentando trabajar.

Después me comí un tarro completo de manjar.

Y finalmente pasé dos horas acostado nuevamente en mi cama viendo videos de Youtube en el celular.

Para cuando eran las 6 de la tarde, estaba en un estado de sufrimiento absoluto. Me sentía como un flojonazo incapaz de moverse o tener un pensamiento positivo que cruzara por la mente. Tenía una nube negra por sobre mi cabeza.

Llegó un punto en el que me senté en el borde de mi cama, pensando en qué podía hacer para poder salir de un estado anímico tan malo. Poco a poco, la solución fue aterrizando en mi cabeza.

«¿Qué pasaría si hago un poco de deporte?»

Eso quizás me ayuda. Creo que nunca he terminado una sesión de ejercicio y he dicho «No debí haber hecho deporte».

Me puse mis zapatillas con una flojera tremenda. Arrastré mis pies hasta llegar a una bicicleta de spinning. Me subí a pesar de tener una mente dominada por una voz negativa que lo único que hacía era protestar. Y me puse a pedalear.

¡Sorpresa! Pasan cinco minutos de pedaleo intenso, y todos los pensamientos negativos han desaparecido. Los demonios internos son reemplazados por claridad mental y motivación. Terminan los veinte minutos que me había propuesto, y sigo pedaleando un rato más. No quiero parar. Luego me bajo y hago rondas de flexiones de brazos, sentadillas y abdominales hasta que ya no doy más. Finalmente, voy al sauna de mi edificio y paso 30 minutos dentro, cocinándome.

Para cuando termina mi entrenamiento, soy incapaz de tener un pensamiento negativo. No sería capaz de quejarme por algo ni aunque me esforzase. Me ducho con calma, y después me paseo por mi departamento agradecido por la vida, pensando «¿Cómo puede ser que tenga que aprender todos los días que hacer deporte me hace bien?».

Es impresionante. Hago deporte al menos seis días a la semana. Cada vez que termino de ejercitar me siento increíble. Y aun así, a pesar de que vengo haciéndolo durante años y años, es como si todas las mañanas despertase habiéndome olvidado por completo que hacer deporte me hace bien.

¿Cómo puede ser que se me olvide algo tan importante y que he hecho tantas veces?

¿Cómo puede ser que tenga que recordar todos los días que, si hago deporte, después estaré mejor de salud y ánimo?

En teoría, uno pensaría que seríamos capaces de recordar y adoptar como hábito aquellas actividades que nos hacen tan bien.
En la práctica, parece ser como si yo y muchos otros tuviéramos una especie de maldición, que consiste en que la mente se olvida todos los días de aquello que es realmente importante. Y dado esto, tenemos que hacer un esfuerzo todos los días por volver a recordar lo que realmente importaba en la vida.

Mi única explicación para esto es que las cosas que son buenas para el ser humano suelen ser difíciles de alcanzar, mientras que las cosas malas (los placeres desmedidos en general) están a la vuelta de la esquina.

Te doy algunos otros ejemplos de cosas importantes que olvidamos todos los días:

  • Meditar es increíble para la mente y tu salud en general. Te da un sinnúmero de beneficios incalculables en todas las aristas de la vida. Uno pensaría que, si llevas años meditando, con el paso del tiempo ya no debes ni pensar en hacerlo apenas te despiertas en la mañana. Sin embargo, todos aquellos que llevamos unos cuantos años meditando sabemos que uno debe esforzarse todos los días por cumplir con la práctica, tal como si fueras un principiante.
  • Leer también es increíble para la mente. Te hace pensar en nuevas ideas, reflexionar, y ver el mundo con otros ojos. Uno se siente bien después de leer. Sin embargo, con tantas tentaciones de cosas con las que podemos reemplazar la lectura (videos de youtube, instagram, una serie, etc), debemos hacer un esfuerzo diario por mantener la lectura.
  • Dormir es lo mejor que uno puede hacer para el cuerpo y la mente. Todos hemos experienciado lo que se siente despertar después de una noche de dormir ocho horas de corrido. Si tenías un problema que te estresaba antes de acostarte, muy probablemente al día siguiente se ve disminuido o incluso eliminado. Uno pensaría que todos cuidaríamos nuestras horas de sueño como si fuesen invaluables. Sin embargo, termina pasando que nos acostamos mucho más tarde de lo necesario por quedarnos con otras distracciones.
  • Te podría dar el mismo ejemplo con elongar, pasar tiempo en la naturaleza, escribir en un diario, comer sano, y muchos otros buenos hábitos.

No sé a dónde voy con todo esto que estoy escribiendo. Lo único que quiero comentar, es que pienso que es buena idea intentar recordar todos los días que tenemos una especie de maldición que nos hace olvidar lo que realmente nos hace bien.

En lugar de asumir que ya hemos adoptado un buen hábito, asumir que nunca lo vamos a adoptar al 100%, y que si miramos para el lado por un segundo, van a haber pasado seis meses en los que no hemos leído, ni meditado, ni hecho deporte. Preocuparse de hacer un esfuerzo diario por recordar y hacer lo que nos lleva a una vida con menos problemas, mejor ánimo y mejor salud.

Juan Pablo Toro

Autor Deportista Nómade

Lo esencial es VISIBLE a los ojos

Mantengamos las cosas simples. No es necesario seguir destinando tiempo a preguntarse qué es necesario para tener una buena vida. Está clarísimo. Tú y yo lo sabemos casi que por intuición.
No es necesario leernos decenas de libros que nos sigan explicando lo mismo una y otra vez, o escuchar a un gurú.

Hay algunas actividades y hábitos que son esenciales para tener una buena vida. Cada una de ellas nos hacen sentir vivos, que estamos aprovechando nuestro tiempo en este mundo.
Son tan buenas, que mencionarlas en un listado parece como algo innecesario, porque son obvias:

  • Pasar tiempo con gente que queremos: familia, amigos, pareja.
  • Leer.
  • Hacer deporte y elongar.
  • Meditar.
  • Contemplar la naturaleza.
  • Jugar con niños, una mascota o amigos.
  • Pasar tiempo solos para reflexionar.
  • Dormir.
  • Comer sano.
  • Viajar y tener aventuras.

Estas actividades y hábitos son tan positivos, que nunca vamos a escuchar a alguien diciéndonos que no comamos sano, o que no pasemos tiempo con gente que queremos, o que no hagamos deporte.

Son actividades esenciales.

Si estamos haciendo cualquiera de las actividades y hábitos esenciales anteriormente listados, estamos bien.

Hay algunas actividades y hábitos que son nocivos para nuestras vidas. Cada una de ellas nos perjudican ó inmediatamente, ó a largo plazo. Lo peor, es que no somos capaces de darnos cuenta del daño que nos hacen hasta que ya es muy tarde.

  • Rodearnos de gente tóxica que nos tira para abajo.
  • Pasar tiempo excesivo en redes sociales.
  • No moverse.
  • Drogarse y tomar alcohol.
  • Comer comida chatarra.
  • No dormir.

Estas actividades y hábitos son tan malos, que no se pueden defender. Nunca vamos a escuchar a alguien diciendo que lo mejor que podemos hacer es empezar a comer más chatarra.

Si estamos haciendo cualquiera de las actividades y hábitos nocivos anteriormente listados, estamos mal.

Por último, hay algunas actividades y hábitos que están entre lo bueno y lo malo. Dependiendo de las circunstancias y de cuánto tiempo invertimos en ellos se convierten en algo positivo o negativo para nuestras vidas.

Esta vendría siendo la zona gris, porque está entre lo bueno y lo malo.

Por ejemplo, el trabajo: dependiendo de qué trabajo es y cuánto tiempo tenemos que destinarle, esto puede ser la mayor motivación de nuestras vidas, o nuestra mayor fuente de estrés.

Otro ejemplo: ver series, películas, y documentales. Dependiendo del contenido y de la cantidad de horas que le dedicamos, esta puede ser una fuente de aprendizaje y motivación, o una pérdida de tiempo.

En vez de seguir preguntándonos qué se necesita para vivir bien, toda nuestra atención y energía debería estar en maximizar el tiempo destinado a las actividades esenciales, y minimizar el tiempo que perdemos en actividades nocivas.

Uno debería ser capaz de, al final del día, mirar atrás y decir:

«Pasé la gran mayoría de mi día haciendo lo esencial», o «Pasé la gran mayoría de mi día en actividades nocivas. Necesito mejorar mi situación».

Y en cuanto a la zona gris, hay que tener especial cuidado. Monitorearla en todo momento.
Revisar constantemente si realmente nos motiva nuestro trabajo, o si estamos intentando convencernos a nosotros mismos de que nos gusta.
Revisar constantemente si el contenido que consumimos nos ayuda a aprender y a motivarnos, o si estamos perdiendo el tiempo. ¿Vale la pena entretenerse con una serie sabiendo que el costo es que terminaremos idiotizados?

Un día extraordinario tiene mucho de lo esencial y poco de lo nocivo.
Y muchos días extraordinarios son una vida extraordinaria.

Juan Pablo Toro

Autor Deportista Nómade

¿Cómo es para ti una vida extraordinaria?

Ejercicio de papel y lápiz:

Imagínate de aquí a diez años.

Primero: ¿Cómo es para ti una vida extraordinaria?

Definámosla sin límites de ningún tipo:

¿Dónde vives? ¿En un departamento en la ciudad? ¿En una casa en el campo? ¿En la playa? ¿En el bosque? ¿En una van?

¿Cómo te ganas la vida? ¿Eres tu propio jefe, o eres empleado? ¿Cuántas horas a la semana trabajas? ¿Cuántos semanas de vacaciones tienes al año?

¿Tienes pareja? ¿Qué valoras en él/ella?

¿Tienes hijos? En ese caso, ¿Cuántos hijos tienes?

¿Qué tan seguido te juntas con amigos? ¿Qué haces con ellos?

¿Tienes mascotas? ¿Cuántas y de qué tipo?

¿En qué gastas tu tiempo libre?

¿Has viajado? ¿A dónde?

¿Qué desafíos has logrado completar, que te hacen sentir orgulloso?

¿Has creado algo? ¿Qué? ¿Cuánto?

¿Ayudas a otras personas? En ese caso, ¿cómo las ayudas?

**Ojo: No se trata de buscar que una vida sea perfecta. Típico que nos terminamos decepcionando porque nunca llegamos a la perfección.

Se trata de saber más o menos hacia dónde apuntar.

Segundo: ¿Por qué?

¿Por qué definiste que en tu vida ideal vives en la playa? ¿Por qué no otra opción? ¿Qué es lo que ves especial en vivir en la playa? ¿Por qué es tan necesario para ti que la casa sea grande?

¿Por qué en tu vida ideal te ganas la vida siendo el dueño de tu propio negocio? ¿consideraste lo bueno y lo malo de eso? ¿Por qué pusiste seis semanas de vacaciones, y no doce?

¿Por qué escribiste que tienes pareja? ¿Qué te hace pensar que tu vida será mejor con él/ella?

¿Por qué pusiste que en tu vida ideal tienes tres hijos? ¿Por qué no uno, o cuatro, o cero? ¿Qué te hace pensar que tu vida será mejor con tres hijos?

¿Por qué pusiste dos perros? ¿Por qué no más, o menos?

¿Por qué pasas tu tiempo libre leyendo, o haciendo deporte, y no haciendo otra actividad?

¿Por qué pusiste que has viajado a 50 países, y no 150?

¿Por qué pusiste que has logrado completar una maratón, y no otro desafío?

¿Por qué pusiste que has logrado escribir un libro, y no escribir una canción?

¿Por qué pusiste que ayudas a gente en situación de calle, y no otra opción?

**Ojo: Más que encontrar una respuesta correcta a por qué queremos tener tres hijos y no cuatro, esta segunda parte sirve para identificar posibles motivaciones erróneas.

Quizás te das cuenta que escribiste que eres el gerente de una empresa sólo porque quieres que los demás te vean como alguien exitoso, cuando en realidad no hay nada que te motiva de ese camino.

Quizás escribiste que has logrado correr una maratón sólo para decirle a otros que corriste una maratón, y no porque realmente te interesa correr una.

¿Lo escribiste porque realmente lo quieres y te interesa? ¿O porque otros lo esperan de ti?

Tercero: ¿Cuánto cuesta tu vida ideal?

¿Cuánto cuesta vivir donde quieres? No sólo plata, si no también el tiempo y energía que se necesita para juntar esa plata.

¿Cuánto cuesta criar a los hijos que quieres? No sólo plata, si no también el tiempo y energía que requiere.

¿Cuánto cuesta tener las mascotas que quieres?

¿Cuánto cuesta todo lo demás que pusiste?

Quizás aquí te das cuenta que necesitas mucho menos de lo que creías, o quizás mucho más.

Tiempo atrás escuché la historia del gerente general de una administradora de fondos exitosa. Teniendo ya plata para el resto de su vida, se le escuchaba a cada rato diciendo: «Sueño con, algún día, poder irme a viajar en moto por China».

Lo curioso de esta historia es que un viaje en moto por China es sorprendentemente barato comparado con viajes lujosos. Muchos mochileros lo han hecho con pocos ahorros.
El gerente se estaba complicando solo.

Por último:

De todo lo que escribiste definiendo tu vida ideal, ¿Qué cosas sabes que, si no las haces, te arrepentirás al final de tus días?

Juan Pablo Toro

Autor Deportista Nómade

Una regla muy simple para tomar mejores decisiones

Una regla:
No tomar decisiones importantes estando cansado, con hambre o con sueño.

Suena como demasiado simple. Suficientemente simple como para que fuese una de las reglas que acompañan a la regla de oro: no hacer a otros lo que no quieres que te hagan a tí.

Simple, pero no fácil.
El problema está en que cuando uno está cansado no tiene la claridad mental para reconocer que uno está cansado.

¿Has visto alguna vez a una persona que, teniendo que tomar una decisión importante, se asegura antes de haber dormido bien y de no tener hambre?

¿Has visto alguna vez a una persona que se detenga en la mitad de una discusión y reconozca que el problema no es el tema por el cual ambos están discutiendo, sino que el problema es que está de mal humor porque durmió poco?

Pasa poco, ¿no?
Por lo general no paramos a darnos cuenta que estamos de mal humor. Simplemente estamos de mal humor. Y caemos en un espiral de problemas que crean más problemas.

Cuando estamos cansados, con hambre o con sueño nos volvemos personas irritadas incapaces de pensar con claridad. Creamos problemas donde no hay, tenemos una nube negra encima de nuestras cabezas, y discutimos por temas que no valía la pena discutir.

Somos tan irracionales como ese niño que no para de llorar porque su mamá le dijo que no meta las manos en  el enchufe. Todo lo que sale de nuestras bocas crea más y más problemas.

Estando así de negativos e irracionales, no conviene tomar decisiones que puedan cambiar el rumbo de nuestras vidas.

Acortar un viaje que se suponía que iba a durar muchísimo más.
Retirarse de un deporte que te encantaba.
Renunciar a un trabajo.
Terminar una relación.
Empezar una discusión que no valía la pena.
Etc.

Quizás jamás habrías tomado esa decisión estando descansado y bien alimentado, y la pudiste haber evitado yendo a dormir una siesta o habiendo comido un sándwich.

Estando cansado, con hambre o con sueño la mente se nubla. Es muy alta la probabilidad de que la decisión sea completamente irracional y errónea. Si nos prohíbimos tomar decisiones importantes hasta que estemos seguros que no estamos siendo afectados por cansancio físico, hambre o sueño, reducimos la probabilidad de elegir un camino incorrecto.

Entonces, esta es mi propuesta: la próxima vez que tengamos que decidir algo que sea importante para nosotros, primero detenernos por un minuto a preguntarnos:

¿Me he estado exigiendo mucho últimamente?

¿Dormí bien la noche anterior?

¿Cuándo fue la última vez que comí sano?

Y si nos damos cuenta que sí, que estamos cansados, el próximo paso no sería tomar la decisión que debíamos tomar, sino preguntarnos cómo nos podemos reponer lo más rápido posible.
La decisión se postergaría para cuando estemos descansados, bien alimentados y emocionalmente estables.

Si vamos a cambiar nuestras vidas de un momento a otro, que no pase que hayamos sido influenciados por algo tan básico como que nos faltaba dormir un poco más o comernos una manzana.

Juan Pablo Toro
Juan Pablo Toro

Autor Deportista Nómade

Resumen de cómo prevenir lesiones

Hasta el año 2018, lo normal para mí era tener en todo momento algún dolor o lesión en el cuerpo. Pensaba que no había nada que se podía hacer para evitarlo.

Sin incluir una operación de apendicitis, desde el año 2019 no he tenido un dolor que me haya dejado en reposo por más de una semana.

¿Qué cambió?

Resulta que existen algunas técnicas y hábitos muy simples para prevenir lesiones. Si las aplicamos a diario, deberíamos tener menos problemas.

La idea de este artículo es mencionar esas técnicas y hábitos en cada una de las partes que involucran hacer ejercicio y recuperarse:
1) Calentamiento
2) Deporte
3) Preparación física
4) Crosstraining
5) Elongación
6) Descanso
7) Alimentación
8) Sueño

1) Calentamiento

El calentamiento debe hacerse con movilidad articular. Esto no significa elongar quedándose quieto en posiciones incómodas donde sientes que estás estirando un músculo específico, sino mover nuestras articulaciones con cuidado para que entren en calor, y así evitar hacer un mal movimiento sin haber calentado antes.

En el momento de empezar a hacer el deporte uno debería sentirse «suelto», con confianza de que seremos capaces de hacer movimientos complicados con fuerza.

¿Dónde podemos aprender a calentar? Buscando «warm up for insertar deporte» en youtube. Por ejemplo, acá va un video para calentar antes de correr.

2)Deporte

1) El deporte debe hacerse con actitud, sabiendo que puedes hacer fuerza y ser intenso sin lesionarte. Lo que los futbolistas llaman «entrar fuerte».

Por ejemplo: si estás jugando fútbol y te tiras a hacer una barrida con miedo de que te vas a lesionar, aumentan las probabilidades de que te pase algo. Pasa lo mismo con todos los demás deportes.

2) Mientras hacemos deporte, es importante escuchar el cuerpo. Todos los días despertamos distintos por una infinidad de factores: cuánto nos hemos esforzado últimamente, cómo hemos estado durmiendo, nuestra alimentación e hidratación, estrés laboral, relaciones personales, etc.

Si nos sentimos bien, no hay problema para seguir haciendo el deporte.

Si nos sentimos cansados, o molidos, o tiesos, es importante estar atento, sobre todo cuando hacemos movimientos bruscos como agacharse en exceso, golpear una pelota demasiado fuerte, torcer la espalda o abrir mucho las piernas.

Hay veces en las que jugamos un partido, nos exigimos mucho, y al final estamos excesivamente cansados. Quizás todavía no tenemos una lesión, pero sentimos que, si le exigimos un poco más al cuerpo, vendrá un desgarro o tirón. Lo sabemos con seguridad, porque en ese momento hay ciertos movimientos que siempre hemos podido hacer sin problemas, pero que ahora están molestando.

En ese caso, conviene parar a descansar por unos días hasta que volvamos a sentirnos bien. Quizás descansar unos días se sentirá como una pérdida de tiempo, pero es mejor perder dos días que perder seis semanas en las que te tienes que recuperar de un desgarro de gemelo que pudiste haber evitado.
Lo podemos ver de otra forma: en este caso, uno no está eligiendo entre parar o no parar. Está eligiendo entre parar voluntariamente por unos días o involuntariamente por unas semanas.

3) Saber parar a tiempo puede llegar a ser todo un desafío, sobre todo si estamos jugando un torneo y ganamos el último partido. Estamos cansadísimos, pero de todos modos queremos jugar la siguiente ronda. Ahí empiezan los problemas.
¿Qué es más importante? ¿Ganar un torneo ahora mismo, o tu salud a largo plazo?

3)Preparación física complementaria

Hay cientos de ejercicios que podemos aplicar para mantener un buen estado físico. Tantos, que la clave estaría en saber filtrar y elegir los ejercicios correctos. Para eso, hay que considerar dos cosas:

1) Los ejercicios que elegimos deben estar enfocados en el deporte que queramos hacer:

¿Jugamos fútbol? El entrenamiento debería estar dirigido a ser mejor futbolista.

¿Corremos? El entrenamiento debería enfocarse en cómo ser un mejor corredor.

Y si no tenemos un deporte específico en mente, el entrenamiento debería ser amplio y variado, enfocado en tener un estado físico que sirva para hacer de todo, sin lesionarnos.

2) Evitar aquellos ejercicios que nos hacen mal:

Teniendo en cuenta que hay cientos de ejercicios para alcanzar un buen estado físico, uno tiene la opción de evitar aquellos ejercicios que duelen y lesionan, y preferir las alternativas que nos hagan bien. Influye muchísimo nuestra genética y los desbalances musculares que tenemos desde chicos.

Ejemplos:

Si queremos tener más fuerza en los pectorales, pero nos duelen las muñecas cada vez que hacemos flexiones de brazos, podemos probar con ejercicios de presbanca, o máquina, o natación, etc. No es necesario aniquilar nuestras muñecas a punta de flexiones.

Si queremos tener más fuerza en las piernas, pero nos duele hacer pistol squats, podemos probar haciendo sentadillas normales en las que no nos agachamos hasta el límite, o estocadas, o hacer spinning, o sentarnos en la pared para sentir cómo se nos queman los quádriceps, etc. Cuando se trata de mejorar fuerza de piernas, aquí sí que hay muchísimas opciones. No vale la pena lesionarse con un pistol squat.

3) Si nunca antes has hecho ejercicio, recomendaría empezar con algún entrenador personal o participar en una clase grupal. Puede pasar que en tu mente sepas cómo debe hacerse un ejercicio, pero en la práctica lo estás haciendo mal porque no estás observando tu cuerpo y nadie te corrige.

4)Crosstraining

Una técnica muy sencilla y tremendamente efectiva para mantenerse sano es hacer crosstraining.
En pocas palabras, crosstraining significa ir combinando varios deportes al mismo tiempo en lugar de enfocarse en uno solo, con tal de usar todos los músculos del cuerpo para mantenerse sano.

Cuando nos enfocamos en un solo deporte, siempre ocupamos los mismos músculos y hacemos los mismos movimientos. Esto puede provocar desbalance muscular y desgaste de aquellos músculos y articulaciones que usamos recurrentemente.

Cuando hacemos varios deportes al mismo tiempo, ocupamos todo el cuerpo y hacemos distintos movimientos a lo largo del día. Esto ayuda a que podamos descansar algunos músculos fatigados mientras hacemos otra disciplina, y además nos cansamos menos de cabeza.

Lo importante aquí, es elegir correctamente la combinación de deportes que queremos hacer. El error está cuando uno combina deportes que son demasiado duros para el cuerpo, o cuando combinamos dos deportes que son demasiado parecidos.

Algunos malos ejemplos de crosstraining:

Jugar sólo tenis y padel: de que se pasa bien, se pasa bien. Pero estos deportes se parecen mucho en sus movimientos. Si empiezas a jugar mucho, no le estás dando descanso a tu brazo dominante, y puede llegar lesión de muñeca, codo, hombro, o las tres. Obviamente se pueden combinar, mucha gente lo hace. Lo importante es no hacerlos en exceso, escuchando al cuerpo.

Jugar fútbol y hacer trailrunning: con tanto choque, barridas, piques y patadas, sólo jugar fútbol ya te puede lesionar. Si a eso le sumas salir a correr en el cerro, desgastando aun más las piernas, quizás le estás pidiendo mucho al cuerpo. Después de un tiempo tienes un pinchazo en la rodilla que no sabes por qué llegó.

Un buen ejemplo de crosstraining sería cualquier deporte de alto impacto (tenis, fútbol, rugby, trote, etc) con cualquier deporte de bajo impacto (natación, bicicleta, caminata, golf, etc).

5)Elongación

Afirmaría que la elongación diaria es el hábito más importante para evitar lesiones, junto con saber cuándo parar. Teniendo en cuenta que para muchos de nosotros elongar se siente como una tortura, y que si lo hacemos mal podemos lesionarnos más aún, comparto algunos tips:

  1. Es clave fijar un momento del día donde sabes que vas a elongar. Una opción es elegir al final del día, justo antes de dormir. Si es que tenemos una junta con amigos, podemos hacerlo justo antes del evento, o apenas llegamos de vuelta a nuestras casas. Lo ideal es destinar tiempo de calidad a este hábito, pero si no tenemos tiempo, en diez minutos se pueden hacer maravillas.
  2. Para que elongar no sea tan aburrido, conviene hacerlo mientras vemos una serie, o escuchamos un podcast, o escuchamos música. Es ideal hacerlo sin ninguna distracción porque así nos podemos concentrar en nuestra respiración, pero partir elongando sin distracciones puede significar pedirle mucho a nuestra fuerza de voluntad.
  3. Es posible, y muy común, lesionarse porque hiciste una estirada muy fuerte o un movimiento extraño. Esto se siente mil veces peor que lesionarse haciendo deporte, porque te hiciste daño tratando de cuidar tu cuerpo. En su momento le pedí consejos a un amigo que lleva años haciendo yoga, y me recomendó empezar la elongación de cada día con muchísimo cuidado, evaluando cómo se siente el cuerpo. A medida que el cuerpo se va soltando, uno puede exigirse más.
  4. ¿Por cuánto tiempo mantenerse en cada posición? Hay muchos métodos distintos, pero uno de los más comunes es mantener cada posición treinta segundos, y eso repetirlo tres veces. Si no quieres andar contando los segundos, puedes usar la aplicación Tabata, que te avisa cuándo tienes que cambiar de posición. Es gratis.
  5. ¿Qué ejercicios elegir para elongar? Pasa lo mismo que en la sección «preparación física». Hay cientos de ejercicios. Conviene elegir aquellos que no nos causan dolor y lesiones. Mantenerse simple. Por ejemplo, no es recomendable ni necesario partir intentando abrirse de piernas por completo. Una opción para elegir tus ejercicios es buscar «Stretching exercises for beginners» en Youtube.

6)Descanso

¿Cuándo descansar?

Nuestros cuerpos son sabios, y nos dan señales de que necesitamos descanso. Algunas de ellas son:

1) Estás durmiendo mal.

2) Te despiertas, y sientes que tu corazón está agitado.

3) Te cansas más de lo normal cuando haces actividades simples, como subir escaleras.

4) No sientes motivación para hacer nada, incluso aquellas actividades que te encantan.

5) Estás de mal humor. Irritable.

6) Bajan tus defensas. Te sientes débil.

7) Empiezas a tener algunas molestias en tu cuerpo.

Si identificamos una o varias de esas señales, quizás nos vendría bien un descanso.

¿Cómo descansar?

Hoy en día está de moda hacer descanso activo. En lugar de tirarse al sillón y no hacer nada en todo el día, lo que uno hace es cambiar el deporte que venías haciendo por actividades de baja intensidad que te permiten seguir moviéndote y así circular la sangre. Y como son actividades de baja intensidad, uno puede hacerlas por varias horas sin problemas.

Ejemplos:

Hacer spinning, pero lento y sin agitar tanto el corazón.

Salir a caminar.

Hacer yoga o elongar.

Subir un cerro, pero muy lento.

Jugar golf.

Etc.

¿Por cuánto tiempo descansar?

A menos que estés excesivamente sobreentrenado o hayas competido en algo demandante como una maratón, después de uno o dos días deberías sentir que la energía y la motivación vuelve al cuerpo. Tu cuerpo debería sentirse fresco, listo para volver. Si no te sientes así, es mejor seguir descansando hasta que vuelva la energía.

7)Alimentación

Habiendo tantas dietas distintas, y teniendo en cuenta que todos nuestros cuerpos son tan distintos, sería un error grave recomendar una dieta única que le sirve a todo el mundo.

Suele pasar que personas que siguen un tipo de alimentación hablan de las maravillas de su dieta, y critican a las otras dietas. Es como si siguieran una religión.

Los que siguen una dieta mediterránea hablan de la importancia de comer moderadamente de todo, y critican a los veganos porque les falta no sé qué vitamina.

Los veganos hablan de las maravillas del mundo vegetal, y de lo malo que es la carne para tu cuerpo.

Hay otros que sólo comen alimentos que uno puede encontrar en la naturaleza y recoger o cazar con tus propias manos.

Sin embargo, hay algunos puntos clave que todas las dietas tienen en común, porque son excesivamente difíciles de llevarles la contra:

  1. Hacen mal los alimentos procesados, comer azúcar, tomar bebida y comer chatarra. Idealmente, estos alimentos deberían ser inexistentes en nuestras dietas.
  2. Hace bien comer verduras, y como tienen pocas calorías, uno puede comer muchísimo de ellas.
  3. Hace bien tomar agua. ¿Cuánta agua? Un indicador típico de que estás bien hidratado es que tu pipí salga transparente.

Y dado que todo lo demás se discute si es bueno o malo, quizás lo mejor que uno puede hacer es seguir comiendo pero en moderación, ¿no?

Por último, algo que se está respaldando con evidencia sistemática al día de hoy es que hacer ayuno intermitente tiene muchísimos beneficios para el cuerpo y la mente. Vale la pena investigar un poco sobre esto, pero al mismo tiempo conviene consultar con un nutricionista, porque parece ser que no a todo el mundo le hace bien.

8)Sueño

Para dormir bien, se necesita:

1)Entre 7 y 9 horas al día. Todos necesitamos tiempos distintos, pero este es el rango comúnmente aceptado. Hay una porción muy baja de la población que se mantiene bien de salud con menos.

2)Pieza completamente oscura y silencio.

3)Ir a acostarse todos los días a la misma hora.

4)Evitar pantallas antes de acostarse. Elegir en lugar un libro, meditar, o una conversación.

5)Evitar tomar café después de las 3 de la tarde.

6)Evitar tomar alcohol para llegar al sueño profundo.

7)Salir a ver el sol apenas nos despertamos.

Juan Pablo Toro
Juan Pablo Toro

Autor Deportista Nómade

Una alternativa a la disciplina para hacer más deporte

Cuando se trata de desarrollar un hábito de hacer deporte todos los días, un error muy común es poner todas las fichas en la fuerza de voluntad y la autodisciplina.

Decimos: “Voy a empezar a hacer deporte todos los días. Cada mañana saldré a trotar y después haré una rutina de flexiones y abdominales”.

Logramos completar el primer día. Estamos molido, porque nuestros cuerpos no está acostumbrados.

A pesar del cansancio, logramos completar el segundo día, porque no queríamos ser la persona que se rinde tan rápido.
Ahora si que estamos cansados.

Al tercer día ni pensamos en ir a entrenar.

Repetimos este mismo proceso, pero en tres meses.

El error es que estábamos confiando en que tendríamos desarrollados una autodisciplina que nunca antes habíamos necesitado usar, la cual se disipó apenas llegó el cansancio y la situación se puso difícil.

La autodisciplina es una habilidad que se desarrolla con el paso de los años. No llega de un día para otro. No conviene confiar en ella cuando uno está empezando a hacer deporte.

Permíteme proponerte una alternativa a la autodisciplina para ayudar a que hacer deporte sea más fácil:

Ser parte de un grupo de entrenamiento.

Sin que te dés cuenta, te sentirás motivado y serás consistente, porque no querrás ser el que le falla al grupo. Ahora eres parte de una comunidad, y uno no puede llegar y fallar a la comunidad sólo porque está cansado.

Eso sí, hay que tener en cuenta algunas cosas:

Lo primero, es que es crucial considerar qué tan entretenida es la actividad que elegiste, y qué tan simpática es la gente del grupo.

Hay decenas de opciones a elegir para alcanzar un buen estado físico. Gimnasio, tenis, padel, trote, fútbol, bicicleta, yoga, montañismo…

¿Para qué elegirías ir a clases de spinning si no te gusta pasar una hora jadeando o que una profesora te grite?

¿Para qué elegirías ir a pilates si odias sentir que tu guata se quema por una hora?

Y si te gusta el deporte que elegiste, pero no te cae bien la gente del grupo, conviene cambiarse de inmediato a otro recinto, y seguir cambiándose hasta que encuentres a tu comunidad. Esto hace que hacer deporte sea una actividad entretenida con amigos.

Lo segundo, es que hay que tomar en cuenta que cuando uno empieza a hacer un deporte o entrenamiento nuevo, lo normal es ser el más débil del grupo.

No es fácil ser el eslabón débil de un grupo. Requiere aceptar que uno va a pasar vergüenza de vez en cuando. Pero ayuda a pasar vergüenza saber que pasarás vergüenza, ¿no?

Por último, tener en cuenta la importancia de partir suave con un deporte nuevo. Si no, te puedes lesionar por meses y vuelves al punto de partida. Un buen estado físico se desarrolla después de años de actividad física moderada, parando a descansar cuando tenemos algún dolor.

La mejor parte de sumarte a un grupo para hacer deporte es que, sin que te dés cuenta, después de unos años habrás desarrollado la autodisciplina necesaria para entrenar todos los días.

Con el paso del tiempo, sin importar si eres parte o no de un grupo positivo, de todos modos vas a querer moverte un poco todos los días. Porque ahora sabes, por experiencia propia, que cuando haces deporte a diario tu cuerpo se siente mucho mejor, y estás mejor de ánimo.

Juan Pablo Toro
Juan Pablo Toro

Autor Deportista Nómade

La técnica del elefante para alcanzar metas

¿Cómo nos comemos un elefante completo?

Un bocado a la vez.

Completar una maratón puede sonar como una meta demasiado grande. Tan grande, que sólo pensar en esos 42 kilómetros puede provocarnos ansiedad y que nos retiremos sin ni siquiera haber empezado.
Si en lugar de enfocarnos en la distancia completa nos concentramos en hacer bien el próximo kilómetro, la tarea se ve más simple y alcanzable.
Poco a poco los kilómetros se van acumulando, y estás en el kilómetro 41, y tan sólo te falta un bocado más.
Si quieres que la meta sea más chica aún, enfócate sólo en el siguiente paso, así como lo hace Dean Karnazes.

Escribir un libro de cientos de páginas también suena como una meta demasiado grande como para lograr completarla.
Pero si decides, en lugar, escribir 500 palabras al día (un par de párrafos), con el paso de los meses estás a sólo 500 palabras de terminar tu primer borrador. Sólo te falta un bocado más.

En vez de enfocarse en perder treinta kilos de peso, que la mente esté en la próxima comida y el próximo entrenamiento.

En vez de enfocarse en leer cincuenta libros al año, que la mente esté en las próximas diez páginas.

Para los que viajan en bicicleta: en vez de enfocarse en pedalear miles de kilómetros por quién sabe cuántos países, elegir concentrarse en llegar al siguiente pueblo , a diez kilómetros de donde uno está. Acumular unos cuantos pueblos hacen 80 kilómetros al día, y varios días de 80 acumulan miles de kilómetros.

Dividir una meta grande en tareas fáciles de completar, de manera tal que no nos angustiemos pensando en el final y podamos ser consistentes con nuestro trabajo.

Dejar que el tiempo haga lo suyo.

Sin darnos cuenta,  nos habremos comido el elefante completo.

Juan Pablo Toro
Juan Pablo Toro

Autor Deportista Nómade

Autosabotaje

Autosabotaje es cuando, a través de nuestras acciones en el presente, creamos problemas para nuestro futuro.

Hay muchas formas de autosabotaje. Acá van algunas:

Consumir drogas, alcohol y comida chatarra sabiendo que esto perjudicará nuestra salud en el futuro. Especialmente si el consumo es diario y por varios años.

No hacer deporte, elongar, y mantener todos esos hábitos que nos hacen bien, sabiendo que esto determinará qué tanto dolor tendremos en el futuro.

Perder el tiempo en redes sociales, a pesar de que sabemos que tenemos una sola vida y se va minuto a minuto. Después, cuando estemos viejos, sentiremos que la desperdiciamos.

No dar el 100%, con tal de tener una excusa válida cuando fracasamos.
Este es el caso del estudiante que estudia poco para una prueba, y así, cuando le va mal, puede excusarse con que no se preparó.
O el caso del deportista que sale de fiesta la noche anterior de un partido importante. Así, si pierde, puede decirle al resto que es porque durmió poco.
O el caso del deportista que no elonga, no se alimenta bien y no descansa como corresponde, a pesar de que sabe que es clave para su desempeño.

No darnos suficiente tiempo para lograr algo que deseamos. Así podemos decir que lo intentamos, cuando en realidad lo intentamos a medias.
El deportista que intenta el profesionalismo durante un año, a pesar de que sabe que para llegar al más alto nivel se necesita mucho más de un año.
El escritor que quiere publicar un libro pero se rinde al primer rechazo, sabiendo que es necesario contactar a muchas editoriales para encontrar a alguien que quiera trabajar contigo.

Comprometerse con muchas responsabilidades al mismo tiempo, con tal de tener una excusa de por qué estamos haciendo todo a medias.
El empleado de oficina que además es padre de familia y quiere correr una triatlón. Cuando rinde poco en la oficina, no se está entrenando bien para la triatlón y no le destina tiempo de calidad a su familia, puede excusarse diciendo que está con muchas cosas encima.

Si nos va a ir mal en la vida, que no sea porque nosotros mismos creamos los problemas.

¿Conoces otro caso de autosabotaje?

Juan Pablo Toro
Juan Pablo Toro

Autor Deportista Nómade

¿Por qué ducharse con agua fría?

¿Por qué ducharse con agua fría?

Porque nos ayuda a desarrollar fuerza de carácter, o dicho de otra forma, dureza mental.
Y una persona con fuerza de carácter sufre menos, porque está mejor preparada cuando los verdaderos problemas llegan.

Porque completar una tarea díficil es una buena forma de empezar el día. Motiva a querer completar una segunda tarea difícil, y una tercera, y así sucesivamente.

Porque mejora la confianza en uno mismo/a.
Incluso cuando tengas un mal día serás capaz de decir: «Bueno, al menos fui lo suficientemente fuerte como para ducharme con agua fría, a pesar de que pude haber elegido agua caliente».

Porque se siente bien una vez que se termina.

¿Cómo ducharse con agua fría?

Si nunca lo has hecho, una opción para partir es empezar la ducha con agua caliente y enfriarla al final.

Personalmente recomiendo empezar con el agua fría desde un principio.
Y cuando digo fría, me refiero a lo más fría que tu ducha permita.

Quédate bajo el agua fría respirando controladamente, de la misma forma en que las madres intentan controlar su respiración cuando están en medio de un parto.

Llega un momento en el que sientes que estás completamente en control, sin tiritar y respirando calmadamente. Ahí puedes cortar el agua.

Si con el paso del tiempo una ducha fría te parece muy fácil, un segundo nivel es bañarse en una piscina a primera hora de la mañana, o bañarse en un lago, un río, o el mar.

**Si estás enfermo, no es buena idea ducharse con agua fría.

¿Qué tan seguido y hasta cuándo ducharse con agua fría?

Todos los días por el resto de nuestras vidas.

Wim Hof, the iceman

Para terminar: si te empieza a gustar ducharte con agua fría, te recomiendo aprender sobre Wim Hof.

Juan Pablo Toro
Juan Pablo Toro

Autor Deportista Nómade