Lo más feliz que he estado por dormir solo en un Motel

24 de Octubre de 2021. Despierto en mi carpa a orillas del camino. Hace frío, pero nada terrible. Sé que después de un rato pedaleando entraré en calor. Tengo hambre y no tengo comida, así que preparo todo rápidamente y parto pedaleando en dirección a Yereván.

Es mi primer día en Armenia. Crucé la frontera desde Georgia la noche anterior, así que todo lo que estoy viendo ahora es nuevo para mí.

El camino es todo un desafío. Está lleno de piedras, y hay un viento en contra que hace que todo sea más lento. Además, el paisaje es horrible: árboles secos, edificios abandonados, y lleno de tumbas que tienen talladas las caras de los muertos.

El camino

Al cabo de un rato, la situación mejora. Una subida enorme me lleva a unos paisajes más verdes. Paso por un pueblo donde compro fruta para comer, visito un par de monasterios, y unos amables señores me invitan a tomar lo que creía que era un vaso de agua, pero que resulta ser vodka. ¿Cómo no lo anticipé?

Tomando vodka afuera del monasterio

Sigo pedaleando. Ya son las 2 de la tarde. Tengo que bajar del cerro donde estoy para volver al camino principal, y para hacer eso la aplicación de rutas que uso sugiere que me tire por un precipicio. Decido que quiero vivir, así que busco un desvío.

Komoot propuso que bajara por aquí. Al fondo se ve el camino principal

El desvío que encuentro resulta ser lo más bonito del día, pero a la vez lo más desafiante. El camino es un desastre. Me demoro horas en volver al camino principal.

El desvío

Finalmente, ya cerca de la puesta de sol, encuentro un restorán para parar a descansar. Es el primero que veo en todo el día. Entre kebap y kebap llega la noche, así que les pido a los dueños del local si puedo poner mi carpa en el jardín. Me llevan a un espacio pequeño, pero suficiente para instalarme, que está a menos de cuatro metros del caudal de un río.

Hasta ahí, todo bien. No me siento cansado. Estoy lleno por tanto Kebap. Y hace frío, pero ni tanto. Mi primer día en Armenia ha sido un éxito. Me voy a dormir.

Tres de la mañana. Despierto incómodamente por el frío que tengo.

No siento mis pies. No los dedos del pie. Los pies.

Me pongo mis dos pantalones, mi mejor par de calcetines, mi polerón, mi parca, y mi gorro. Pero no hay caso, ya perdí el calor, y es difícil que lo recupere. No sé cómo, pero a pesar del frío, después de unas horas vuelvo a quedarme dormido.

Seis de la mañana. Despierto porque mi carpa se mueve de un lado para otro bruscamente. Desorientado, logro entender que un perro callejero está tirando uno de los cordeles con su boca. Le grito y me deja tranquilo.

Ahora no sólo no siento mis pies. Tampoco siento los dedos de las manos. A duras penas, salgo de mi saco. Sé que lo único que puedo hacer es preparar mis cosas e ir a tomar un café al restorán para entrar en calor.

Pero no es tan fácil. La carpa está cubierta por escarcha, y tengo que guardarla en su funda. Cada vez que hago presión con las manos para hacerla caber, siento que pierdo más y más la sensibilidad. Además, me tropiezo una y otra vez porque no siento mis pies.

Una vez todo listo, y aguantando el dolor, voy por ese café que tanto necesito.

¿El problema? Que el restorán está cerrado. No hay otra opción que empezar a pedalear con ese frío.

Saqué una selfie para retratar cómo me sentía

Siento un dolor agudo, difícil de controlar. Lo único que pienso es en recuperar un poco de calor. Pero no encuentro ningún restorán donde parar. A ratos pienso en aquellos días felices en Turquía, cuando el problema que tenía era que hacía demasiado calor.

No aguanto más. El frío me supera. Me bajo de la bicicleta, y me siento en una vereda. Meto mis manos debajo de la polera, tocándome el estómago, y gracias al calor corporal vuelvo a sentirlas. Eso me permite recuperar un poco el ánimo, y seguir.

Llego a Vanadzor, una ciudad del norte de Armenia, y me refugio en el primer café que encuentro. Son las una de la tarde, y todavía no siento mi pie izquierdo. Decido parar a dormir ahí, habiendo recorrido menos de treinta kilómetros a lo largo de la mañana.

Encuentro una pensión barata y muy cómoda. El dueño es muy amable, y hay un silencio muy tranquilizante. Me  acuesto en la cama y me cubro con dos frazadas tan pesadas que cuesta moverse.

Ya no tengo frío. Mis dedos están bien. Y tampoco me siento enfermo. Pero no estoy cómodo. Tengo una sensación que nunca antes había sentido: miedo a salir al aire libre.
Estoy aterrado. No quiero volver a pasar ese frío que tuve en la mañana. Me superó completamente. Quiero quedarme dentro de la pensión por días.

Trato de convencerme que el frío es bueno. Trato de recordar que a mi me gusta, que por algo me ducho con agua fría en las mañanas. Pero no hay caso. Ahora lo único que siento es miedo. Me paso toda la tarde encerrado, cocinando rico y disfrutando de tomar café.

A la mañana siguiente no me quiero mover. Si el día anterior tenía miedo, ahora estoy aterrorizado. Abro la puerta de entrada por un segundo, dejo entrar una corriente fría, y la vuelvo a cerrar. Me digo que no hay forma que salga de la pensión en todo el día.

Me quedo descansando, pero la decisión no se siente correcta. Sé que no hay ningún otro motivo para descansar más que el miedo al frío. Trato de aprovechar el día escribiendo en el computador, pero al acostarme, tengo un gusto amargo. No enfrenté los miedos.

Ya habiendo pasado dos noches en Vanadzor, despierto el tercer día con el mismo miedo al frío. Sé que tengo que hacer algo al respecto. Si no, pasaré días encerrado como un ermitaño. Y cada día que pase, hará más frío.

Me abrigo con todo lo que tengo. Me pongo los dos pantalones, mi parca, guantes, pasamontañas, y dos pares de calcetines.
Con tal de convencerme a pedalear, me pongo una meta bajísima: diez kilómetros. Si logro pedalear diez kilómetros, tengo permiso para parar en donde sea que esté. Además, me doy permiso para dormir en otra pensión en vez de acampar. Lo que sea, con tal de combatir el miedo. Salgo a la calle, y empiezo a andar lentamente.

No han pasado ni cinco minutos, y me doy cuenta que todo ese miedo estaba en mi cabeza. Estando abrigado como corresponde, el frío pasa de ser un problema a un agrado. Se siente bien. Además, hay un sol que, si bien no abriga, hace pensar que a medio día podré estar pedaleando en polera.

El día está increíble. Voy con calma, disfrutando del camino. Me siento muy feliz por haber sido capaz de salir de la pensión. Unos pastores me ven, y me invitan a salir del camino para tomar café, tomar vodka, y tomar café con vodka. La vida es buena.

Los pastores del camino

Cada kilómetro que avanzo siento más y más motivación. Nada de parar a los diez kilómetros. Quiero seguir hasta que ya no pueda más. Además, estoy seguro que podré encontrar un lugar para dormir, y así no tendré que sufrir en la carpa.

Ya a las cinco de la tarde, paro en un pueblo para buscar alojamiento, Aparan. Es grande, así que sí o sí debe haber una pensión como la que encontré en Vanadzor. Queda una hora para que oscurezca.

Voy a una bomba de bencina. Pregunto dónde puedo encontrar un hotel, y me dicen que no hay. Les pregunto si puedo poner mi carpa dentro de una pieza vacía que tienen, y me dicen que no.

Sigo andando, y llego al centro del pueblo. No hay ningún alojamiento. Está haciendo más y más frío. Estoy a mucha más altura que hace dos días. Me empiezo a preocupar.

De repente, veo mi salvación. ¡Una iglesia! De seguro me dejan dormir dentro. Problema solucionado.

Dejo la bicicleta afuera, y abro la puerta principal bruscamente.

Hay un funeral.

La iglesia está llena de gente. Estoy a pocos metros del muerto. ¿Por qué pusieron al muerto tan cerca de la puerta? Me quedo unos segundos congelado por la sorpresa, observando en detalle la cara pálida del muerto. Todo el mundo me mira, y salgo rápidamente.

Sigo buscando alojamiento. Dos personas más me dicen que en este pueblo no hay hoteles. Estoy desesperado. ¡Me voy a congelar denuevo! Entro a una cafetería a tomar chocolate caliente. No sé que hacer.

Me calmo un poco, y decido salir del pueblo a buscar algún edificio abandonado donde pueda poner la carpa. Por suerte, en Armenia está lleno de esos. Quizás pasaré frío, pero no tanto como el otro día. Me rindo con la idea de encontrar alojamiento.

Empiezo a pedalear por última vez, ya de noche. Hace un frío terrible. No alcanzo ni a salir del pueblo, y veo un cartel rojo con luces LED que me llama la atención.

«MOTEL»

No lo puedo creer. ¡Ahora si que me salvé!

Entro a hablar con el dueño, y negocio pasar la noche por menos de diez mil pesos chilenos. Me lleva una habitación limpia y con cama matrimonial. Tiene ducha caliente, calefacción, y una segunda pieza para sentarse a comer en una mesa.

¿Lo mejor de todo? Que soy el único alojándome en todo el lugar. Eso significa que no escucharé ruidos provenientes de la pieza de mis vecinos.

No aguanto más mi felicidad. No esperaba que mi día terminara así. A modo de celebración, me preparo una ensalada de tomate, cebolla y atún.

Es lo más feliz que he estado por dormir solo en un motel.

¿Te gustaría apoyarme en mi viaje por el mundo? ¡Regálame un café!

Juan Pablo Toro
Juan Pablo Toro

Autor Deportista Nómade

Viaja solo para descubrir qué quieres hacer con tu vida

Hay gente que, ya en sus veinte, está segura de lo que quiere hacer con su vida.

Hay gente que tienen su vida laboral clara. Saben que quieren ser políticos. O doctores. O abogados. O paleontólogos. O emprendedores. O lo que sea que les guste.

Hay gente que sabe que quiere casarse y formar una familia lo antes posible.

Hay gente que sabe dónde quiere vivir y qué quieren hacer el resto de su vida.

Lo tienen todo planeado.

Pero también hay gente que, sea cual sea la edad, no tiene idea de lo que quiere.

Yo estoy en ese saco.

Sé que tengo algunos intereses. Me encanta escribir, viajar, hacer deporte, y varias otras cosas.

Sé que hay ciertos caminos que me gustaría probar.
Por ejemplo, me gustaría vivir en el campo unos meses para ver si me gusta ese estilo de vida.
Me gustaría, también, vivir en algún país nórdico para comprobar si son tan perfectos como dicen.
Y me gustaría trabajar en alguna organización que ayude a mejorar la salud de las personas, o hacer del mundo un lugar más sostenible.

Pero si me preguntas si tengo un plan, o si tengo claro qué es lo que quiero hacer los próximos años, te respondo que no tengo idea.

No sé dónde quiero vivir, ni dónde quiero trabajar. No sé cuál es la mejor opción. Y es difícil saber si es lo mío es casarme, si todavía no conozco a la mujer correcta.

Si estás en el mismo grupo que yo, aceptar el primer trabajo que se nos presente es un error.

¿Qué pasa si esa oportunidad laboral es terrible? ¿Qué pasa si te lleva a un vacío existencial?

No te das ni cuenta, y han pasado cinco años. Te repites una y otra vez que realmente era tu pasión vender seguros, porque no hacerlo significa aceptar que has pasado cinco años haciendo algo que no te apasiona. No aguantarías tanto dolor.

Además de eso, estás pagando una hipoteca por un departamento pequeño y extraordinariamente caro, que ni siquiera está ubicado en un lugar que te gusta. Y lo peor, es que estás conviviendo con una pareja que no te convence, y que por más que te esfuerzas, no te imaginas pasando toda una vida con el/ella. Pero te da miedo estar solo/a.

Para los que no sabemos qué hacer con nuestras vidas, es importantísimo destinar un tiempo a explorar qué queremos. Sólo así tendremos una pequeña oportunidad de crear una vida a nuestra medida.
Una vida en la que tenemos un mínimo de control. En la que no nos dejamos llevar por la primera oportunidad que apareció.
Una vida extraordinaria.

Hagamos un cálculo a modo de ejemplo:

Supongamos que fuiste a la universidad, te atrasaste un poco, y te graduaste a los 25.
Supongamos, además, que trabajarás hasta los 65.
Eso significa 40 años de vida laboral.
Supongamos, por último, que como no tienes idea de qué hacer, te das tres años para explorar tus intereses.

En esos tres años, haces precisamente lo que sea que te interese en cada momento.

¿Vivir en el campo? ¿Vivir en el extranjero?
¿Viajar por el mundo?
¿Dedicarte a un deporte?
¿Aprender a escribir, a pintar, a programar, o a tocar un instrumento?
¿Reinventarte estudiando algo completamente distinto a lo que aprendiste en la universidad?
¿Trabajar en una fundación? ¿Partir de cero y trabajar en algo nada que ver a lo que estudiaste?

Lo que sea que se te ocurra. Tres años de exploración.

Ojo: como puedes ver, en esos tres años no te quedas sentado en un sillón sin hacer nada. Vives con más intensidad que nunca, explorando aquello que te interesa. Estarás constantemente fuera de tu zona de comfort.

Tres años suena como muchísimo tiempo. Nunca he escuchado a alguien decir que se dio tres años para decidir qué hacer con su vida. En el mundo en que vivimos, es impensable.

Pero si vemos el panorama completo, tres años no es tanto. En cuarenta años de vida laboral, tres años es el 7,5% del total del tiempo.
Es el equivalente a pasar 10 minutos decidiendo qué película de dos horas ver en Netflix.

Tres años que te pueden ahorrar 37 de trabajar en algo que no te gusta, o vivir en un lugar que no te gusta, o juntarte con gente que no te gusta.

Tres años que te pueden ayudar a encontrar ese trabajo que te gusta. Un trabajo tan apasionante, que llegado a los 65 ni siquiera piensas en retirarte.

Tres años que te pueden ayudar a encontrar el lugar donde quieres vivir, o la gente con la que te quieres juntar.

Tres años necesarios para volverte extraordinario en ese pasatiempo que tanto te gusta. Tan así, que la gente te paga por hacerlo.

Tres años en los que aparecen oportunidades increíbles, que ni siquiera sabías que estabas buscando. Quién sabe. Quizás siempre has querido vivir en una ciudad, pero en esos tres años descubres que te gusta mucho más vivir en la montaña, o en un pueblo playero.

Tres años que pueden no llevarte a nada. Pero al menos sabrás que lo intentaste.

Y si eres más extremo aún, y ni siquiera sabes qué es lo que te interesaría probar, te tengo una propuesta.

Sal a viajar solo.

The Curious Case Of Chilling With Brad Pitt In Benaras - Tripoto
Benjamin Buttom viajando solo por la India

Viajar es un comodín. Nunca vas a escuchar a alguien diciéndote que viajar es malo.

Viajar solo te dará el tiempo y espacio para descubrir qué es lo que te gusta de tu vida cotidiana, y qué no. Te dará la oportunidad de explorar distintos trabajos en distintas partes del mundo.

Viajar solo te dará tiempo para volverte extraordinario en ese hobby que empezaste hace poco. Te permitirá, también, probar si prefieres vivir en ciudades, o pueblos, o campo, o montaña, etc.

Viajar solo te permitirá explorar qué quieres hacer con tu vida.

Para terminar, es importante aclarar una duda que puede estar pasando por tu cabeza. Sé que esto de los tres años puede ser polémico.

¿Y qué pasa si no tengo plata para viajar? ¿Qué pasa si tengo deudas por pagar?

Quizás no tengas la opción de darte ese tiempo de exploración que estoy hablando. Quizás no tienes los ahorros, o hasta incluso tienes deudas.

En ese caso, ¿Por qué no pensar en alternativas?

Cualquier alternativa que encuentres, por más pequeña que sea, será mejor que resignarte a una vida que no te apasiona.

En vez de darte tres años, puedes darte dos. O uno. O seis meses. ¡O un mes! Cualquier tiempo que te des es mejor que nada.
Nunca subestimemos lo útil que puede ser sentarse por una tarde a pensar qué es lo que queremos.

En vez de despilfarrar ahorros viajando, puedes salir a viajar de Workaway en workaway.
Tengo un amigo que sobrevivió toda la pandemia de esa forma. Llegó a tener seis euros en su cuenta bancaria, y aún así siguió. Tuvo quién sabe cuántos trabajos, y ni me imagino todas las habilidades que aprendió.

También puedes salir a viajar de la forma más barata posible: por países subdesarrollados, con bicicleta y una carpa.

O en vez de viajar por el mundo, puedes salir a viajar por tu país. Lo bueno de esta opción, es que es barato y hablarás el mismo idioma con la gente.

En cuanto a trabajos, puedes buscar un trabajo part time que te permita pagar los gastos básicos, y que a la vez te dará el tiempo necesario para explorar lo que quieres. Si es necesario arrendar una pieza pequeña que tenga un colchón en el piso, adelante.

Puedes aprender a ganar un sueldo online, para viajar por el mundo con libertad. No pierdes nada con buscar en Google o Youtube: «¿Cómo ganar dinero online?»

O puedes trabajar full time por un tiempo ahorrando tanto como puedas, teniendo en cuenta que el objetivo son esos tres años.
Lo difícil, en este caso, será tener el valor de renunciar. Sobre todo si te pagan bien.

Al momento que escribo esto, tengo una rara sensación de que estoy dejando alternativas de lado. No tengo tanta imaginación.

A lo que voy, es que no nos cerremos a buscar alternativas.

Viaja solo para descubrir qué quieres hacer con tu vida.

¿Te gustaría apoyarme en mi viaje por el mundo? ¡Regálame un café!

Juan Pablo Toro
Juan Pablo Toro

Autor Deportista Nómade

Lo básico para evitar lesiones y tener buena salud

El 2018 pasé por meses en los que no podía estar más lesionado.
Mi muñeca y mi tobillo eran un desastre, me tuve que operar la rodilla porque se me quebró el menisco, y tenía pubalgia.
Desde que salía de la cama en la mañana, hasta que me acostaba en la noche, sentía dolor. No se lo recomiendo a nadie.

Intentando sanarme, fui a un quiropráctico que me hizo crujir por todos lados. También fui a sesiones de acupuntura. Hasta incluso, probé terapia de imanes.
Nada me ayudaba. Estaba desesperado.

Tenía 22 años. ¿Cómo podía estar tan mal?

Todo empezó a mejorar cuando cambié mi mentalidad. Me hice la siguiente pregunta:

¿Qué pasaría si empiezo a hacer lo básico para cuidarme?

Nada de terapias esotéricas.
Existen consejos ultra básicos que todos conocemos para cuidar la salud.
Son tan básicos, que nadie los discute. Nunca vas a escuchar a alguien decirte que no los cumplas.

El problema es que son tan, pero tan básicos, que tendemos a descuidarlos. En vez de ser la base que cumplimos todos los días, nos olvidamos de ellos, y los dejamos de lado.

Empecé a cumplir cada uno de ellos, y gracias a eso empecé a sanar. No estoy diciendo que actualmente los cumplo con perfección, pero al menos intento hacer lo mejor que puedo. Poco a poco voy mejorando.

A continuación, comparto los hábitos básicos para evitar lesiones y tener mejor salud.

1)Dormir bien.

Para dormir bien, se necesita:

  • Entre 7 y 9 horas al día. Todos necesitamos tiempos distintos, pero este es el rango comúnmente aceptado. Hay una porción muy baja de la población que sobrevive bien con menos.
  • Pieza completamente oscura y silencio.
  • Ir a acostarse todos los días a la misma hora.
  • Evitar pantallas antes de acostarse. Optar por un libro, meditar, o una conversación.
  • Evitar tomar café después de las 3 de la tarde.
  • Evitar tomar alcohol para llegar al sueño profundo.

2)Comer bien.

  • Muchas verduras. Nunca nadie te va a decir que evites las verduras.
  • Proteína. No te voy a recomendar cómo ingerirlas, porque hay todo tipo de opiniones al respecto. Hay quienes dicen que la carne hace mal, otros que dicen que hace bien, otros que comen sólo lentejas, y otros que comen miles de huevos. Pero lo que todos tienen en común, es que comen proteína.
  • Fruta, pero en porciones moderadas.
  • Evitar comida chatarra y alimentos procesados (cualquier comida envasada que tenga más de cinco ingredientes).
  • Evitar comer mucha azúcar y sal (mi actual debilidad).

Si cumples comiendo lo anterior cada día, vas por muy buen camino. Es una base que probablemente nadie te va a discutir.
**Estoy dejando de lado todos los demás alimentos (carbohidratos, lácteos, etc), no porque sean malos, sino porque hay opiniones muy divididas al respecto. ¿Quizás haya que comerlos moderadamente?

3)Buena hidratación.

Lo típico es escuchar la recomendación de dos litros de agua al día, pero supongo que todos tenemos necesidades distintas.
Dudo que un niño de diez años y un adulto de más de cien kilos necesiten la misma cantidad de agua.

En mi caso, me compré una botella de un litro, y la relleno dos veces al día: una vez antes de acostarme (para la mañana siguiente), y una vez después de almuerzo (para la tarde). Si hago deporte, agrego uno o dos litros más. La llevo conmigo a todos lados, hasta incluso cuando hago trámites. Además de eso, tomo café, té y mate, pero en moderación.

Evitar tomar alcohol, bebidas y jugos. Después de un tiempo, uno deja de echarlos de menos.

4)Evitar drogas y cigarros.

Creo que no se necesita explicación. Nunca vas a escuchar a alguien diciéndote que te drogues o fumes por tu propio bien. Y si alguien te lo dice, aléjate de esa persona.

5)Calentar bien antes de hacer deporte.

Ejercicios de movilidad articular para entrar en calor. Si no sabes de qué estoy hablando, puedes aprender viendo videos cortísimos en youtube.

6)Hacer deporte.

Habiendo calentado bien, ahora uno puede hacer deporte con libertad.
La clave está en parar cuando sientas un dolor extraño. Escuchar al cuerpo. Es típico en los deportistas seguir entrenando para terminar la sesión.
Si paras frente a una molestia, puedes salvarte de meses de lesión.
Ir explorando los límites de a poco.

7)Elongación diaria.

Una de las mejores prácticas que apliqué para recuperarme de las lesiones.
Hasta antes del 2018, elongaba poco y nunca. Parecía una momia de tieso. Habían movimientos básicos que no podía hacer, y sentía dolores a cada rato.
Empecé a elongar todos los días.
Al principio fue un desastre. Me lesioné más aún. Elongaba con demasiada fuerza, y hacía los movimientos mal.

La situación empezó a mejorar cuando le pedí consejo a alguien que sabía del tema. Me dijo lo siguiente:

  • Parte cada día elongando con mucho cuidado: todos los días despertamos distinto, así que hay que ir probando de a poco cómo nos sentimos.
  • Nunca fuerces una posición. Moderación, moderación, moderación.

Aparte de eso, vi tutoriales cortos en youtube de las elongaciones más típicas, y armé una rutina de treinta minutos al día, que hago mientras escucho música, o un audiolibro, o veo Netflix.
Otra opción es inscribirse en clases de yoga para principiantes.



Nunca nadie te va a discutir que lo anterior es básico para tener buena salud. Son consejos obvios.
Antes de empezar con remedios peligrosos, o con terapias esotéricas, o con cientos de visitas al doctor, quizás puede ayudar más partir cumpiendo con la base.

Aparte de esas siete, hay algunas prácticas un poco más controversiales que no menciono ya que mi hermana (quien sabe mucho más de estos temas que yo) me retaría. Pero puede ser interesante explorarlas:
1)Duchas frías para enfermarse menos.
2)Ayuno intermitente.
3)Meditación.
4)Ejercicios de agradecimiento.

Sé lo que estás pensando: todo lo que mencioné es demasiado obvio.

Te lo dije antes de escribir la lista: son consejos tan básicos, que todo el mundo los sabe. Y si estoy equivocado y en verdad la gente no los sabe, tenemos que mejorar la educación del país como sea.

El problema es que conocemos estos consejos, pero no los cumplimos. En vez de cumplirlos como si fueran siete mandamientos, nos olvidamos de ellos.

Es un clásico escuchar sobre alguien que no se levanta de su silla en todo el día. O de alguien que nunca come ensalada. O de alguien que se la pasa fumando. O de alguien que duerme poquísimo. O de alguien que no toma agua en todo el día. O de alguien que no elonga ni aunque lo obligaran.

Se entiende el punto.

Estas siete prácticas deberían ser sagradas para todos nosotros. Deberían ser prioridad en nuestras vidas.
No cumplir cualquiera de esas siete significa perjudicar nuestra salud. Significa que nos estamos autosaboteando. Significa dolor y enfermedades en el futuro. Significa crear problemas innecesariamente.

Para terminar, un ejercicio. Detente por un minuto. ¿Estás sentado con papel y lápiz? Mejor aún.

  1. Revisa los siete hábitos que mencioné. ¿Cuáles estás cumpliendo, y cuáles no?
  2. ¿Estás durmiendo lo que necesitas? ¿Estás cumpliendo con lo básico para dormir bien, o por ejemplo te lo pasas en el celular antes de acostarte?
  3. ¿Cómo puedes asegurarte de que haya comida saludable en tu casa? ¿Quién compra la comida en tu casa? ¿Cómo puedes asegurarte que no haya comida chatarra? Si es necesario botar a la basura las galletas, adelante.
  4. ¿Tienes una botella de agua que puedas llenar?
  5. Si te drogas o fumas ¿Cómo es el entorno cuando lo haces? ¿En dónde estás? ¿Con qué gente? ¿Cómo lo puedes evitar?
  6. ¿Sabes calentar bien antes de hacer deporte? ¿Cómo puedes aprender a hacerlo?
  7. ¿Cómo puedes asegurarte de hacer un poco de deporte cada día? ¿Puedes aunque sea diez minutos? ¿Puedes aunque sea hacer deporte mientras ves tu serie en Netflix?
  8. ¿Sabes elongar? ¿Cómo puedes aprender a hacerlo? ¿Cómo puedes asegurarte de cumplir todos los días?

¿Te gustaría apoyarme en mi viaje por el mundo? ¡Regálame un café!

Juan Pablo Toro
Juan Pablo Toro

Autor Deportista Nómade

Cómo motivarse a hacer deporte cuando estamos cansados

Cuando se trata de motivarse a hacer deporte, hay una creencia muy equivocada en la sociedad.
Tendemos a pensar que primero viene la motivación, y después salimos a hacemos deporte. Que vamos a despertar todos los días con ganas de ir a un gimnasio a levantar pesas o salir a trotar.

Pero eso pasa sólo cuando tenemos un exceso de energía acumulada. Es cuando hemos pasado tanto rato sentados, que nuestro cuerpo suplica un poco de actividad física.
No conozco a ningún deportista que despierte así de motivado todos los días.

En un día normal, la persona promedio no despierta con ganas de ir a un gimnasio o salir a trotar a la calle.
En un día normal, la persona promedio despierta cansada, con ganas de quedarse en el sillón. Es parte de nuestra naturaleza buscar conservar energía.

En la práctica, es mucho más útil pensar sobre motivación para hacer deporte en reversa: uno hace deporte, y en el camino encuentra la motivación.

Para explicarme más en detalle, pondré el ejemplo de un tipo que le gusta salir a trotar. Tanto así, que trota todos los días con tal de entrenarse para una maratón.
A menos que sea un sujeto extraordinario que tiene una fuente de energía inagotable, su proceso diario es el siguiente:

1)Nuestro amigo despierta sin ganas de hacer nada, porque está cansado. No siente motivación para hacer nada. Todo su ser le dice que se quede en la cama, o viendo Netflix en el sillón.
Pero hay algo de lo que está 100% seguro. Sabe que, si de alguna forma logra ponerse en marcha, al cabo de unos minutos la motivación llegará. Y se sentirá increíble.

2)Todavía sin motivación, nuestro amigo se viste para hacer deporte. Mientras se pone los zapatos, su voz interior le dice una y otra vez que vuelva a la cama o al sillón. Se siente molido y de mal genio, y un poco masoquista.
Pero se sigue recordando una y otra vez que, una vez que ya esté en marcha, se sentirá energizado y motivado. Sabe que el proceso es así, porque lo ha vivido cientos de veces.

3)Ya vestido, y aún con poco y nada de energía, sale a la calle y empieza a trotar. Le duele todo, así que va lento hasta sentir que entra en calor.

4)A los pocos minutos, se empieza a sentir cada vez mejor. Es como si se hubiera tomado un café. Está despierto y con ganas de más. El dolor se va, y ahora puede trotar decentemente. Después de un inicio terrible, recién ahora se siente bien.

5)Ya motivado y habiendo entrado en calor, nuestro amigo aprovecha la motivación que tiene para continuar con un entrenamiento de calidad.

6)Al final del entrenamiento, se siente increíble. No sólo es el hecho de que está motivado y tiene mucha más energía que la que tenía antes de hacer deporte, si no que además logró vencer esa voz que le decía «¡Quédate en el sillón!». Logró dominarse a sí mismo.

7)Al día siguiente, vuelve a repetir el proceso. Y mientras más lo repite, más fácil es ponerse en marcha cada día.

Courtney Dauwalter y su video "The Source", la famosa Barkley Marathons
Sal a hacer deporte por más que no tengas ganas. La motivación llega después

Quizás te estás preguntando: ¿Pero entonces, cuándo descansamos?

Entrenar duro todos los días no es bueno. Puede llevar a que te fundas, o hasta incluso lesionarte.
Es necesario descansar cuando el cuerpo lo pide.
Hay algunos indicadores que podemos usar para saber si necesitamos descanso o no:

 1)Cuando haces deporte por mucho rato, y nunca logras encontrar motivación, posiblemente necesitas descansar. Hay veces que, por más que insistes, la motivación nunca llega. Te vendría bien uno o dos días de descanso.

2)Cuando estás notoriamente de mal genio, posiblemente necesitas descansar. Si te encuentras a ti mismo irritándote por cosas que por lo general no te molestan, puede ser que has hecho demasiado deporte.
En vez de andar peleando innecesariamente con un familiar o un amigo/a porque estás de mal humor, elige darte un día libre, o lo que necesites para recuperar el buen ánimo.

3)Cuando tienes demasiados dolores, es posible que necesitas descansar.
Con dolores no me refiero a estar molido. Estoy hablando de esos dolores que se sienten como si te hubieras desgarrado, o te molestara un nervio. Son notoriamente desagradables, porque uno siente que algo no anda bien. Descansa tanto como necesites para recuperarte. Es mejor darse una semana libre, que estar lesionado por meses.

¿Y cómo descansamos?

En vez de quedarse acostado todo el día en un sillón, se hace lo que se llama «descanso activo». Actividad física leve.
Salir a caminar.
Subir un cerro que no exija tanto.
Andar en bicicleta.
Nadar lento.
Elongar o hacer yoga.
Etc.

Aparte de eso, se cuida el sueño y la alimentación. Muchas verduras, proteína, y agua. Cero chatarra y alcohol.

No busques motivarte para hacer deporte. Sal a hacer deporte, y después encuentra motivación.

¿Te gustaría apoyarme en mi viaje por el mundo? ¡Regálame un café!

Juan Pablo Toro
Juan Pablo Toro

Autor Deportista Nómade

25 días de Norte a Sur en Vietnam, relatado con fotos

Primer día en Hanoi
¿Notre Dam, eres tú?
Típico bus en Vietnam
Amable mujer en Sapa
Esta pareja de canadienses me adoptó, y estuvimos recorriendo juntos la región de Sapa en moto
Típico búfalo en Sapa
Hubo una noche que granizó
Cao Bang. Al lado de mi hostal había cancha de tenis. Bendición divina
Por lo general los hostales en Vietnam vienen con desayuno incluído
La región arededor de Cao Bang da para una semana recorriendo en moto
Tuve la suerte de ayudar a esta vaca que no se podía mover por las cuerdas. Lo mejor del día
Justo en la frontera con China
Cueva en Cao Bang
La ciudad en Cao Bang
Uno de los paisajes más bonitos que he visto. El cerro tiene una cueva que cruza para el otro lado
Días de moto y más moto, improvisando los caminos
Propaganda comunista
A veces toca acampar en estos lugares
Ninh Binh
Paseo en bote. Se empieza a escuchar más del famoso coronavirus
Templos enormes
la vista justo fuera del hostal
Debido al coronavirus todo se empezó a cerrar. Alcancé a recorrer Hoi An en un sólo día y cargando las mochilas. Habrá que volver
Ho Chi Minh. Este local vendía unas malteadas de mango exquisitas. También vendían joyas. La dueña está acostada en una silla de playa
Balas en el campo de tiro cerca de Ho Chi Minh. Pude disparar un rifle AK-47
Túneles de la guerra de Vietnam. Sofocantes
Salones de pool en Ho Chi Minh. Lo extraño es que las mesas no tienen hoyos así que ni idea qué juegan. Pero apuestan mucha plata
Ho Chi Minh. La gente se junta en estos parques a jugar bádminton
Aeropuerto. Intentando escapar de Vietnam antes de que se cierre por el covid-19. Todos los vuelos están cancelados, incluyendo los que sale check-in.

¿Te gustaría apoyarme en mi viaje por el mundo? ¡Regálame un café!

Juan Pablo Toro
Juan Pablo Toro

Autor Deportista Nómade

Nepal en invierno: Everest Base Camp, bungee y parapente

El cruce de India a Nepal ha sido de las pocas aventuras buenas que he tenido en bus. Incluyó aproximadamente cuatro buses, un taxi, un tuk tuk, y mucha improvisación. Total: 24 horas
Amigos nepalíes con los que hice todo el trayecto
Primer día en la capital, Kathmandú. Con el tomacho fuimos a un templo lleno de monos
Con el tomacho en un templo de Katmandú
Típico templo en Nepal
Después de un día de demora por tormenta, tomamos una avioneta a Lukla para empezar el trekking al Everest Base Camp
La avioneta. Dicen que es el aeropuerto más peligroso del mundo
Portadores que uno ve en e camino. Por favor fijarse en las zapatillas y en cómo sujeta la carga (una cinta en la cabeza)
Nepal en invierno significa mucho frío, pero menos precipitaciones y menos turistas
Sendero en el primer día
Típico puente
Típica casa de té donde uno duerme por un dólar la noche. El dueño pasaba todo el día rezando en voz alta
Cafés y comida rica
Día de aclimatación en Namche Bazaar. Al Tomacho le dio mal de altura a los 3500 metros
Justo el día que nos aclimatamos nevó. Un agrado
Vista panorámica de Namche Bazaar
Un yak
Un pájaro
El Ama Dablam, una de la montañas más bonitas del trekking. En las mañanas hacían entre -10 y -17°C
oznorCOQR
Saqué esta foto desde la ventana de mi pieza
El hostal donde dormimos esa noche
Días despejados y calurosos, como para caminar en polera
Una tumba en el camino
Cara de cumpleaños llegando al último pueblo antes del campamento base. La altura hace que todo sea más difícil
La vista desde la cima del Kala Patar. La montaña que se ve al fondo es el Everest
Postal que casi me costó un resfrío
Llegada al campamento base. 5364 metros de altura
«Sácame una foto con la montaña entre mis manos»
Foto triunfal en el campamento base
Vista del valle, ya bajando de vuelta a la civilización
Foto después de nueve horas de caminata
Lukla a la vuelta. Van 13 días sin ducha
En vez de tomar una avioneta de Lukla a Katmandú, decidimos seguir caminando por otros cuatro días. El paisaje cambia por completo, mucho más verde
Kharikhola, un paraíso escondido
Nos enteramos que había una boda en el pueblo. Así que fuimos a bailar
La boda nepalí
Monasterio
Nepal es un paraíso
Ya terminado el trekking. Salto en el noveno bungee más alto del mundo
Segundo salto, pero esta vez con el tomacho
Días de descanso en Pokhara
¿Qué le pasó a este Che?
Parapente
Nunca me enfermé de la guata en India, pero sí en mi último día en Nepal. Y tenía que tomar un avión, así que tocó ponerse la mochila

¿Te gustaría apoyarme en mi viaje por el mundo? ¡Regálame un café!

Juan Pablo Toro
Juan Pablo Toro

Autor Deportista Nómade

Previo a los viajes en bicicleta: 50 días y 13 ciudades en India, relatado con fotos

Primer día en Delhi. Salir del metro y ver por primera vez las calles fue una experiencia caótica. Foto de un perro durmiendo encima de un auto
Primera noche. No sabía cómo era la comida India, así que pedí este plato que era una especie de panqueque picante con yoghurt. Pensé «si la comida es así, no voy a sobrevivir». Por suerte, es exquisita
Caos absoluto en las calles de Delhi. Lo que más me soprendrió fue ver a un pobre tipo con polio caminando con chalas en las manos
Justo fuera de mi hostal, en medio de un callejón, se hizo esta fiesta para un dios
Delhi es una de las ciudades más contaminadas del mundo. Se puede ver directamente el sol gran parte del día, como si fuera un atardecer. Y duele la garganta
Tuvimos la suerte de ser invitados a una boda india. Foto con el novio
El lugar era ENORME. Había comida para miles de personas, y la gente hacía filas para sacarse fotos con nosotros, los únicos extranjeros
la mezquita más grande de Delhi
Una tumba
Delhi es como para quedarse mínimo cinco días, pero con mascarilla que proteja contra el aire
Humayuns Tomb. Enorme, y sin turistas
Recorriendo Delhi con Nico di Santo, un amigo argentino que lleva su mate a todos lados
¿Has visto antes este edificio?
Taj Mahal. Impresionante
Esta es la entrada al Taj Mahal. Hay tres iguales
Un «río» afuera del Taj Mahal
El hostal en Jaipur. La pieza estaba en un subterráneo
Jaipur. Me pareció conocida esta puerta. Poco después recordé que es la portada de Lonely Planet India
los niños se acercaban a hacerme preguntas
Una laguna en Jaipur
Vi a un mono comiendo una polera que el dueño estaba secando
Todo el día recorriendo Jaipur con este amable taxista de tuk tuk.
Vista panorámica de Jaipur
Un pozo en Jaipur
Fortaleza en Jaipur
este elefante está sonriendo
Los baños en los vagones de tercera clase de los trenes. Ni me imagino ser mujer y tener que hacer pipí ahí, mientras el tren se tambalea
Días enteros viajando en tren
Este saddhu vive dentro del tronco de un árbol, tal como el maestro yoda
La laguna sagrada de Pushkar
India está lleno de motos royal enfield. Hermosas
Atardecer en Pushkar. Esta ciudad es como para quedarse una semana descansando
Vagones de tercera clase
Paseo a camello en Jaisalmer, la ciudad del desierto
El guía
Me tocó hacer el paseo con dos coreanas que pusieron la canción de Aladdin mientras andábamos en camello
Nunca más ando en camello. Es lo más incómodo que hay
Jugamos cartas para entretenernos en la noche. Nadie sabía a qué estábamos jugando, pero aun así nos entretuvimos horas
Dormimos en el desierto, y a la mañana siguiente tocó este amanecer
Mis hosts de couchsurfing
Con amigos de Jaisalmer
Este tipo me salvó de un encuentro peligroso en medio de la noche
Jodhpur, «the blue city»
la fortaleza de Jodhpur
Grabaron una escena de Batman 3 aquí
Jodhpur era azul, pero ni tanto
Un gimnasio gratuito en Jodhpur
Caminando por estas calles me atacó un perro
Udaipur, La Venecia de la India
City palace en Udaipur
Esta pieza está como para película de Wes Anderson
la vista desde el hostal en Udaipur
Arrendé una moto y fui a las montañas. Libertad pura
Me encantan los turbantes de los siks
Viaje en bus de veinte horas para llegar a Varanasi
Primera noche en Varanasi
Una niebla tétrica en el río Ganghes
Varanasi es una locura
Aquí el Buddha dio su primera lección
con la Javi
Lassi, mi bebida favorita en India
niñas que le piden plata a los extranjeros
El personaje más interesante que conocí en la India. Lleva 25 años sentado en esa posición, come una vez al día y fuma muuucha marihuana. En el momento que saqué la foto yo tenía puesto polerón, parca y gorro
Gente increíble que se te acerca a conversar
fbt
Año nuevo entre latinos
La fila para un templo
Varanasi un día normal
Aquí queman los cuerpos y echan las cenizas al río
Después de un mes en Nepal, volví por otros veinte días a mi querida India. Foto de un amigo que me invitó a tomar té
Rishikesh, la capital del yoga. Lleno de extranjeras sacando el certificado de profesora de yoga
Tuve la suerte de toparme con mi primo. Fuimos a cascadas, hicimos rafting, clases de yoga, clases de meditación, y comimos exquisito
Este mono le robó la comida a un gringo
Retiro de meditación Vipassana. 10 días de silencio, sin poder mirar a los ojos a los demás, y sin hacer deporte, ni escribir, ni leer. Sólo enfrentar la mente
Teníamos piezas privadas en el retiro, con camas de piedra. Nos despertábamos a las 4 am y meditábamos diez horas al día
Post retiro fui a la ciudad donde vive el Dalai Lama, Dharamkot
monjes budistas
Vista desde el templo del Dalai Lama
Pasaba horas meditando en estos bosques
Camino a Amritsar me enfermé como nunca. Fiebre e infección en el oído. Pero dos días después ya estaba bien
Amritsar. La capital de los sikhs. Una de mis ciudades favoritas
Atardecer en el templo dorado
Guardias del templo dorado
Los comedores del templo alimentan gratis a cien mil personas cada día. Obvio que almorzaba ahí
Se arman tacos humanos en las calles
Un hombre feliz sirviendo té. Todos trabajan voluntariamente
Días felices en Amritsar
Último día. Durmiendo en la estación de buses de Delhi, esperando mi vuelo para Vietnam

¿Te gustaría apoyarme en mi viaje por el mundo? ¡Regálame un café!

Juan Pablo Toro
Juan Pablo Toro

Autor Deportista Nómade

Trekking y ciclismo en Georgia, relatado con fotos

Poco después de cruzar la frontera Turquía-Georgia, me encontré con la entrada a una fortaleza
Un edificio en Batumi como para película de Wes Anderson
Batumi intentando dárselas de ciudad futurista
En una semana por la costa del Mar Negro, este fue el único día que vi el cielo despejado
No recuerdo el nombre, pero era mi plato favorito
Georgia es un país verde
Muy verde
La App de rutas Komoot es buena un 95% del tiempo. El otro 5 me tira para estos caminos (que tienen lo suyo)
Me salí del camino para buscar un lugar de camping
Y una familia me dejó instalar la carpa en su terreno
A la mañana siguiente desperté con esta vista
Clásica iglesia en Georgia
Uno de los beneficios de ir por caminos secundarios era que encontraba vestigios Soviéticos
Con este camino, se disfruta meter los pies en el barro
En un día ventoso y estresante me encontré con esta pareja de europeos. Pedaleamos juntos a Kutaisi, cortando el viento
Dejé la bicicleta por unos días para ir a hacer el trekking Mestia-Ushguli. Un paraíso
Feliz viviría en esa cabaña
«Sácame una foto así como que no estoy mirando»
Un placer caminar por estos valles. Pero echaba de menos la bicicleta. Después de tanto tiempo en ella, caminar se siente como un retroceso
Árboles otoñales por todos lados. Llegamos temprano a ese pueblo, así que me fui a meditar al bosque
Con John Jullian Lovell, el inglés con el que hice el trekking desde el primer día
Glaciares que uno encuentra por ahí
Este perro (o semi oso) me siguió un día completo
Venden vino casero en botellas de plástico. Un crimen
Ushguli, el final del trekking
A veces me gusta parar a mirar las vacas y comer almendras
Maldita cocinilla que me quema los dedos cada vez que la prendo
El lugar se ve bonito, pero era justo fuera de una carretera en construcción, con un ruido que no me dejaba dormir tranquilo
Los famosos Kinkhali y Ori
Todos los pueblos en Georgia tienen este sistema de cañerías horrible
Iglesia en la capital, Tbilisi
La misma iglesia
Pinché rueda justo fuera de este taller. Estos amables señores insistieron en arreglarla
El día que dejé Tbilisi para cruzar a Armenia Komoot me recomendó cruzar por un cerro que ni siquiera tenía camino. Tuve que cruzar alabres de púas e inventar la ruta

¿Te gustaría apoyarme en mi viaje por el mundo? ¡Regálame un café!

Juan Pablo Toro
Juan Pablo Toro

Autor Deportista Nómade

Libros para entretenerse

A continuación, novelas y libros ligeros que cuentan historias entretenidas (haz click en las fotos para ir a amazon):

El abuelo que salto por la ventana y se largo/ The 100-Year-Old Man Who  Climbed Out The Window And Disappeared (Spanish Edition): Jonasson, Jonas:  9788498385243: Amazon.com: Books
De los pocos libros que me han hecho reir

Amazon.com: Living with a SEAL: 31 Days Training with the Toughest Man on  the Planet eBook : Itzler, Jesse: Kindle Store
Otro más que me hizo reír. Y de paso motiva a hacer deporte

Run!: 26.2 Stories of Blisters and Bliss: Amazon.co.uk: Dean Karnazes:  9781742377933: Books
Historias increíbles y bien contadas de un tipo que ha corrido por el mundo entero

Buy Sum: Forty Tales from the Afterlives Book Online at Low Prices in India  | Sum: Forty Tales from the Afterlives Reviews & Ratings - Amazon.in
El autor es un neurocientífico que escribe 40 posibles historias sobre qué pasa cuando morimos

How to Live | Derek Sivers
Derek Sivers es uno de mis autores favoritos. 112 páginas, y es para subrayar todo lo que se lee

Ángeles y demonios - Dan Brown | PlanetadeLibros
Típica novela que no puedes dejar de leer

Amazon.com: Enlightened Vagabond: The Life and Teachings of Patrul Rinpoche  (Audible Audio Edition): Matthieu Ricard - editor and translator, Constance  Wilkinson - editor, Roger Clark, Audible Studios: Books
Si te gustan las historias de monjes budistas que hacen cosas extraordinarias, este es tu libro

La última lección (Spanish Edition) eBook : Pausch, Randy: Amazon.in:  Kindle Store
Randy Pausch escribe grandes lecciones de vida poco antes de morir

Amazon.com: "Surely You're Joking, Mr. Feynman!": Adventures of a Curious  Character eBook : Feynman, Richard P., Leighton, Ralph, Gates, Bill: Kindle  Store
Richard Feynman es un tipo fascinante

Cien Años de Soledad (50 Aniversario): Illustrated Fiftieth Anniversary  Edition of One Hundred Years of Solitude a book by Gabriel García Márquez
Cualquier intento por resumir este libro aquí sería un grave error

Libro Crimen y Castigo, Fiodor Mijailovich Dostoievski, ISBN 9788494773860.  Comprar en Buscalibre
Un clásico

Breves respuestas a las grandes preguntas (Fuera de Colección) : Hawking,  Stephen, Jou, David: Amazon.es: Libros
Le preguntan al científico sobre Dios, vida inteligente en otros planetas, viaje en el tiempo, y otros

La caída de los gigantes (The Century 1) (Spanish Edition) eBook : Follett,  Ken, Manero Jiménez, Laura, Salinas Villar, Nuria, Canales Medina,  Verónica, Alcaina Pérez, Ana, Falcó Miramontes, Roberto: Amazon.fr:  Boutique Kindle
No soy fanático de leer historias noveladas, pero esta es increíble. Eso sí, ten presente que es muy larga.

¿Te gustaría apoyarme en mi viaje? ¡Regálame un café!

Juan Pablo Toro
Juan Pablo Toro

Autor Deportista Nómade

Libros básicos para aprender a manejar tu plata

Aunque lo queramos o no, todos tenemos que aprender a invertir y manejar ahorros. No es tan difícil:

Amazon.com: The Psychology of Money: Timeless lessons on wealth, greed, and  happiness: 9780857197689: Housel, Morgan: Libros
Muy bien escrito. Consejos básicos para evitar cometer grandes errores con nuestra plata

Amazon.com: The Simple Path to Wealth: Your road map to financial  independence and a rich, free life eBook : Collins, JL, Mustache, Mr.  Money: Tienda Kindle
Una alternativa simple sobre cómo invertir los ahorros

Amazon.com: Padre rico. Padre pobre (Nueva edición actualizada).: Qué les  enseñan los ricos a sus hijos acerca del dinero, ¡que los pobres (Spanish  Edition) eBook : Kiyosaki, Robert T.: Kindle Store
Me habría gustado leer este libro mientras hacía los ramos de finanzas en la universidad

MONEY Master the Game: 7 Simple Steps to Financial Freedom: Robbins, Tony:  8601423537887: Amazon.com: Books
Largo, pero entra un poco más en detalles comparado con los otros de la lista

Amazon.com: The Almanack of Naval Ravikant: A Guide to Wealth and Happiness  eBook : Jorgenson, Eric, Butcher, Jack, Ferriss, Tim: Tienda Kindle
Te entrega nuevas perspectivas sobre cómo ver riqueza y felicidad
Siguiendo la definición de que un experto es aquél quien ha cometido todos los errores en un campo específico, el autor es un experto en finanzas personales

¿Te gustaría apoyarme en mi viaje? ¡Regálame un café!

Juan Pablo Toro
Juan Pablo Toro

Autor Deportista Nómade